La educación sexual es una pieza clave para que la personas con discapacidad intelectual ejerzan su derecho a tener una sexualidad sana y prevenga el abuso sexual.
Esta es una de las principales conclusiones a la que han llegado los diferentes expertos que se han reunido en las I Jornadas Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual bajo el título de ‘Una sexualidad como la de todos’, organizadas por la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, con colaboración de la Guardia Civil, la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, FUNDACIÓN MAPFRE y Room Mate Hotels y celebradas en La Casa Encendida de Obra Social Caja Madrid.
En ellas se han analizado, de la mano de expertos nacionales e internacionales, diferentes aspectos como el derecho de las personas con discapacidad intelectual a tener una sexualidad sana y libre, además de sensibilizar a la sociedad del grave problema que supone el abuso sexual a estas personas, ya que se trata de un colectivo muy vulnerable.
Almudena Martorell, directora de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce nos daba las claves principales sobre situación actual de este colectivo con respecto a este tema durante su intervención:
“En la actualidad se habla abiertamente de la vida independiente de las personas con discapacidad intelectual, de su autodeterminación, de las habilidades adaptativas, etc. Sin embargo, la sexualidad de estas personas sigue siendo un gran tabú. Para ello, el primer paso es trabajar en la aceptación de que la población con discapacidad intelectual tiene necesidades, capacidades y conductas eróticas y afectivas que necesitan expresar, sólo hay que saber interpretarlas, ofreciéndoles para ello los apoyos asistenciales y educativos que precisan para que puedan vivir su sexualidad de manera libre y satisfactoria”.
Y es que, según datos del ‘Inventario de Experiencias y Respuesta Sexual en la Discapacidad (IEReSDi): Construcción y validación de la Escala de la Respuesta Sexual en personas con discapacidad’ (Torices I., y Bonilla M.), en el que participaron 609 personas con varias discapacidades (de ellos, 308 con discapacidad física y 113 con discapacidad intelectual y de edades comprendidas entre los 14 y los 87 años), se arroja que el 69.82% de las personas con discapacidad ha tenido algún tipo de experiencia de deseo de besar, ser besado, etc.
El 76.94% ha tenido alguna experiencia de pensamientos sexuales, fantasías sexuales y sueños sexuales y el 81.76% de las personas con discapacidad ha tenido alguna experiencia de orgasmo.
EDUCACIÓN SEXUAL
En la Fundación Carmen Pardo-Valcarce se trabaja desde hace años para que las personas con discapacidad intelectual puedan ejercer su sexualidad de manera libre y sana. Así, se trabaja en educación sexual tanto con los usuarios como con sus familias, así como en la formación a diferentes profesionales de otras entidades o de la propia.
Con las personas con discapacidad se trabaja desde los conceptos de qué significa ser un hombre o una mujer y cómo nos relacionamos con otros hombres y otras mujeres; habilidades de comunicación, sociales e interpersonales; aceptación de sí mismo y los demás; toma de decisiones (aprender a decir sí y no) y conflictos de pareja.
Además, actualmente se está llevando a cabo un taller con las diferentes parejas de personas con discapacidad intelectual que hay en la Fundación, para que logren aumentar su nivel de satisfacción.
Dirigido a las familias, las Fundación Carmen Pardo-Valcarce cuenta también con un taller de sexualidad. Lo primero que trabajan en las sesiones es la aceptación de que las personas con discapacidad intelectual tienen una sexualidad que vivir y cómo trabajar esto desde la familia.
En ellos también se transmite el sexo como un valor, mejorando la forma de expresión para contribuir a una mayor calidad en sus relaciones con el entorno y por supuesto, vivir la sexualidad de la forma más satisfactoria posible, lo que implica también la prevención del abuso.
En este sentido cabe resaltar que en muchos casos por ausencia de una educación sexual, las personas con discapacidad en ocasiones no saben distinguir si el acto sexual es consentido o, por el contrario, es forzado. Si se da este último caso, desconocen que están siendo víctimas de un delito.
Según los estudios existentes en la materia, las personas con discapacidad intelectual son más vulnerables a sufrir diferentes tipos de maltrato y la probabilidad de que sean víctimas de abuso sexual a lo largo de su vida es elevadísima.
Se estima que cerca del 60 % de las mujeres con discapacidad intelectual y el 25% de los hombres con discapacidad intelectual han sufrido algún abuso a lo largo de su vida (Mc,Carthy, Thompson, 1997; Sobsey, 1994) y que el grado de vulnerabilidad es entre 3 a 10 veces mayor (Petersilia, 1998;Reiter, Bryan, Schachar, 2007). Sin embargo, hasta ahora en España no había conciencia de ello ni instrumentos especializados para intervenir, investigar y prevenir.
‘NO + ABUSO’
El proyecto ‘NO + ABUSO’ impulsado por la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, en colaboración con la Guardia Civil y la Fundación Mapfre, nace para dar repuesta a la tremenda relación existente entre abuso y discapacidad. Una de las partes más destacadas es la ‘Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual‘ (UAVDI) de Madrid. Se trata de un recurso de referencia, pionero en España, especializado en casos de abuso a personas con discapacidad intelectual.
Su principal objetivo es responder a la situación de vulnerabilidad de las personas con discapacidad intelectual a ser víctimas de abuso sexual, ofreciendo asesoramiento e intervención forense y terapéutica a las víctimas, sus familias y a las personas que lo detecten.
Además, se pretende con ello promover investigaciones al respecto, llevar a cabo acciones de prevención y sensibilizar a la sociedad española ya que, según afirma María Recio, directora de la Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual (UAVDI) de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce:
«No existe conciencia de ello» .
Todo un mundo que tienen derecho a explorar como cualquiera de nosotros y que desde aquí nos alegramos se les de la oportunidad.