Según ha explicado el profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Javier García Alba, en el síndrome de Down “existen indicios de presencia de la neuropatología propia de la enfermedad del Alzheimer a partir de etapas relativamente tempranas”.
Sin embargo, según apunta el profesor:
“Esto no implica que necesariamente todas las personas con síndrome de Down vayan a presentar la clínica de dicha enfermedad. No obstante, se ha observado que hay un mayor número de personas con síndrome de Down afectadas de Alzheimer y con una aparición precoz”.
Más parece ser que existen discrepancias en relación a los porcentajes de personas con síndrome de Down que padecen demencia tipo Alzheimer y, en relación con dichas disvergencias, se advierte la posibilidad de falsos diagnósticos. En este sentido, García Alba ha señalado que el posible deterioro cognitivo que pueda darse en algunas personas no siempre es debido a los efectos de la enfermedad de Alzheimer, ya que “existen otras enfermedades que cursan con deterioro cognitivo”.
Pero, por otro lado, el profesor ha advertido que:
“Debemos tener en cuenta las mejorías en los diferentes aspectos neuropsicológicos gracias a los efectivos programas de intervención temprana”.
Todas estas declaraciones fueron vertidas recientemente por Javier García Alaben en la presentación de los avances en relación a la neuropsicología del síndrome de Down a través de diferentes estudios que valoran el rendimiento neuropsicológico en edad infantil, adolescente y adulta. En relación a la edad adulta se incidió en aportaciones sobre la interacción entre el síndrome de Down y la enfermedad de Alzheimer.
Además, García Alba destacó la necesidad de disponer de tests con los que poder realizar evaluaciones cognitivas en personas con síndrome de Down, y así poder determinar el estado cognitivo de la persona en fases importantes del desarrollo como es la etapa escolar.
En realidad, los estudios presentados por el profesor universitario informan sobre patrones de lateralidad similares en la segunda infancia a los de la población general, sin embargo en los adultos si se encontraron diferencias con respecto a la población general. Estas evidencias parecen expresar que el trabajo terapéutico realizado en los primeros años de vida puede producir una mejora en dicho patrones.
Y es que los estudios, que han valorado el rendimiento neuropsicológico, evidencian una falta de declive cognitivo, al menos hasta el final de la adolescencia. Asimismo, también ponen de manifiesto que dicho rendimiento neuropsicológico es similar entre los chicos y las chicas. El género, por tanto, no es una condición que produzca diferencias a nivel neuropsicológico en síndrome de Down.