La imagen de la semana: el terremoto de Haití, un año y medio después

Fuente:Intermón Oxfam
Fuente:Intermón Oxfam

Aquel fatídico 12 de enero de 2010 cambió la vida de la población haitiana. Un seísmo de 7,0 grados de la escala Richter segó la vida de más de 300.000 personas y destrozó el hogar a más de un millón de afectados. La pobreza que ya habitada en la isla caribeña se tornó en destrucción, escombros y desolación.

Dieciocho meses después, la situación no es muy alentadora. Según datos de Intermón Oxfam, 630.000 personas viven todavía en tiendas de campaña, expuestas a peligros naturales, como la temporada de huracanes, o a terribles enfermedades, como la amenaza del cólera.

A esto se añade además que más de 100.000 haitianos se encuentran amenazados de ser desalojados a la fuerza de los campos en los que buscaron refugio después del terremoto, lo que supone uno de cada cinco desplazados.

Plano general del campamentos de refugiados del terremoto

Esto demuestra una violación de los principios rectores relativos al desplazamiento de personas en el interior de su propio país, en los que se acordó que toda salida de los campos debía de ser voluntaria, a través de una notificación previa con tiempo razonable y  un proceso de acompañamiento que garantice el acceso a servicios básicos en el lugar de reubicación.

Escombros y basura en medio del campamento

Ante esta situación, Intermón Oxfam sigue ofreciendo acceso a agua potable, letrinas y duchas a más de 38.000 personas a través del apoyo y seguimiento a los comités de agua en 12 campos de desplazados de Puerto Príncipe.

Chico ayudando en el campamento

Una ayuda que se completa con la acción que se está emprendiendo fuera de la capital, donde se siguen llevando a cabo actividades de rehabilitación y acompañamiento al retorno.

Fuente: Caroline Gluck/Itermón Oxfam

Esto se completa, además, con una renovación de las medidas solidarias que la ONG brinda al pueblo haitiano. Y es que, el nuevo brote de cólera registrado el pasado mes de mayo  ha desencadenado una ampliación del programa de respuesta, a través de tareas de prevención, de vigilancia y de alerta temprana de la temporada de lluvias para una mayor celeridad en la curación de afectados por esta enfermedad.

Fuente: Iván Muñoz / Intermón Oxfam