La Reina siempre está en todos los detalles. Justamente fue ella la que se encargó de pedir la colaboración de todo el mundo en la lucha contra el Alzheimer en la inauguración del Congreso Internacional Alzheimer 2011, celebrado recientemente en Madrid.
Ella aludió en su reclamo a afectados directa o indirectamente, y no afectados para que, unidos los esfuerzos, juntos logremos mejorar la calidad de vida de los afectados de esta enfermedad neurodegenerativa y sus familias y, de paso, avanzar en la investigación de la enfermedad.
En el congreso que, por cierto, estuvo organizado por la Fundación Reina Sofía y la Fundación Pasqual Maragall, Doña Sofía se refirió al aspecto humano de la enfermedad:
“Necesitamos llevar apoyo, afecto y consuelo a los que sufren este incapacitante mal. Deberíamos pensar siempre que un enfermo de Alzheimer es alguien que pierde progresivamente distintas capacidades personales, pero que nunca pierde su capacidad humana y sensorial de vivir y de recibir cariño, afecto y cuidados”.
Su majestad, además, subrayó la “ilusión” que se vive de que:
“Los científicos, médicos, especialistas y cuidadores avancen en la gran tarea de recuperar y mantener en los pacientes la cualidad más significativa del ser humano, como es la memoria”.
Y es que, tal y como afirmó en el congreso Cristina Garmendia, ministra de Ciencia e Innovación, este evento es “una oportunidad única para buscar soluciones a uno de los principales retos internacionales, como es el envejecimiento de la población”. Asimismo, confesó que su apuesta está en “trabajar de manera coordinada en el ámbito internacional” que “España se ha sumado a todas las iniciativas europeas en la lucha contra el Alzheimer”. Así tiene que ser.
Por su parte, la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, se refirió a la importancia de la atención temprana para conseguir “una mejor asignación de recursos” y mantener la calidad de vida de los enfermos y sus familias, y coincidió con su colega en que hay que “coordinar esfuerzos y recursos hasta conseguir un efecto multiplicador en la defensa de la dignidad humana de las personas que sufren enfermedades neurodegenerativas”.
Quiero recordar que la celebración del Congreso respondió a la declaración de 2011 como Año Internacional para la investigación en Alzheimer y enfermedades neurodegenerativas y que, claro está, pretende fomentar la investigación de esta enfermedad y avanzar en el conocimiento de sus causas, así como mejorar el diagnóstico precoz y hallar tratamientos efectivos.