¿Hasta qué punto está vinculada la alimentación que, por ejemplo, se recibe en los colegios con el medio ambiente? Pues quizás más de lo que parece. Si uno no lo piensa, si no reflexiona sobre ello, si no le informan, puede que no llegue a ver esta relación, pero la hay y Amigos de la Tierra nos lo ha explicado.
Resulta que la alimentación en los comedores escolares “tiende cada vez más hacia un modelo industrial, con una mayoritaria presencia de empresas de catering”. Bien pues de ese modo, la gestión de la comida se concentra y se prepara de forma masiva en cocinas centrales, bajo criterios económicos más que dietéticos o de salud, con un gran impacto sobre la agricultura, el desarrollo rural y el medio ambiente. ¿Cómo puede ser posible que, ciertamente, la comida de nuestros hijos se base más en la economía que en la salud de los pequeños? Estoy asombrada.
Menos mal que, frente a este modelo, y en una apuesta por un mundo rural vivo basado en una agricultura sostenible y una alimentación sana, la ONG promueve junto a agricultores y agriculturas la introducción de alimentos locales y ecológicos en colegios de Huelva, Sevilla, Pontevedra, Madrid, Ibiza y Mallorca. Ahora falta que sus propuestas se extiendan por todo el territorio español para que nuestros pequeños vástagos reciban la mejor alimentación y, de paso, contribuyamos a reducir el impacto ambiental.
Blanca G. Ruibal, del área de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra, apunta como receta que los comedores escolares adquieran los productos a los campesinos y campesinas cercanas, ya que, de ese modo, “conseguiremos alimentos más saludables” y, como os decía, de un menor impacto ambiental, al tiempo que los agricultores de la zona tendrían nuevas oportunidades para comercializar sus productos.
En este sentido, G. Rubial asegura que desde su organización:
Trabajamos también junto a los productores, padres, madres, alumnado, personal de cocina y profesorado para sensibilizar sobre la relación entre alimentación y medio ambiente, y la importancia de fomentar la agricultura local.
Y es que, según esta experta:
La comunidad escolar es un buen ejemplo de cómo se puede construir soberanía alimentaria a nivel local, promoviendo el empleo y la agricultura sostenible en el medio rural
Porque bien es cierto que las comidas que realizamos fuera de casa se multiplican y, de acuerdo con esta ONG, “los comedores colectivos tienen un papel cada vez más importante en nuestra dieta y nuestra salud, además de mayor influencia sobre el medio ambiente y el modelo de agricultura y desarrollo rural que se promueven desde los comedores”.
Así, este dato es especialmente relevante en el caso de los comedores escolares y afecta a una edad en la que alimentación es fundamental. Pero lo que hay que subsanar es que la actual gestión de estos comedores por parte de caterings y empresas de servicio externo que, como afirman desde Amigos de la Tierra “va en aumento”, dejen de primar los criterios económicos “por encima de criterios ambientales, sociales o de salud”.
Por otra parte, los datos no son muy alagüeños, ya que el poder de la gran distribución es uno de los factores clave que está conduciendo a la desaparición de pequeñas explotaciones agrarias, afirman desde la organización, y “tan solo entre 2003 y 2008 se perdieron 124.000 empleos en el campo”, continúan.
Esperemos que todos tomemos consciencia y en la gestión de los comedores escolares que, por lo visto, “reproduce los principales problemas del modelo agrario industrial, con cada vez mayor distancia entre el productor de alimentos y el consumidor final”, no dejen fuera de este proceso, tal y como pide la citada organización, las consideraciones ambientales, la salud y los campesinos y campesinas.