Desde el comienzo de los tiempos, la danza ha sido una de las principales expresiones artísticas que ha fascinado a propios y extraños porque permite a quien la practica expresar emociones al ritmo de la música, y a la vez, evoca en el espectador los sentimientos más profundos.
Los niños son las criaturas más ‘emocionales’ que existen y son capaces de desarrollar la creatividad y sensibilidad necesarias para el desempeño artístico, por lo que la danza es una actividad perfecta para ellos.
Sin embargo, hay niños que aman el baile y tienen aptitudes, pero no pueden hacer sus sueños realidad por falta de recursos económicos. Para tratar de paliar este problema, la Obra Social Caja Madrid y la Fundación para la Danza Víctor Ullate han convocado dos audiciones los días 19 y 20 de diciembre a las seis de la tarde en La Casa Encendida, en la Ronda de Valencia, 2 de Madrid.
El objetivo de estas pruebas es el de acercar la danza a niños y niñas de entre 9 y 11 años que quieran vivir la experiencia y optar a una beca en la Escuela de Danza de uno de los mejores maestros a nivel nacional e internacional, pero además tienen una característica especial.
Y es que los beneficiarios de las becas serán aquellos que más lo necesiten, porque además de las aptitudes para el baile que se evaluarán en la audición, se tendrá en cuenta el nivel de renta familiar, y se integrará a los niños seleccionados en alguna de las sedes de la Escuela de Danza de Víctor Ullate, en los municipios madrileños de Alcobendas y Alcorcón.
Hay que destacar que los resultados obtenidos después de varios años de trabajo con más de 50 niños becados han sido muy exitosos porque algunos de ellos han encontrado en la danza su vocación y a otros les ha servido como medio para desarrollar habilidades sociales y reforzar su autoestima. Además, con este programa de becas se pretende potenciar la igualdad de género eliminando los clásicos estereotipos, promover el arte como forma de integración social y ofrecer oportunidades de desarrollo a quienes más lo necesitan.
Si además de todo esto, tienen talento y la pizca necesaria de suerte, igual esos niños de entre 9 y 11 años que vayan a la audición de La Casa Encendida pueden, como ha ocurrido con becados de años anteriores, convertirse en bailarines profesionales y trabajar el las mejores compañías de todo el mundo.