Investigadores brasileños crean mosquitos transgénicos ‘antidengue’

Insecto en la naturaleza
Foto: Web de Oxitec

Un grupo de científicos está desarrollando, en Brasil, un proyecto para luchar contra la propagación del virus dengue y acabar con la reproducción de los mosquitos Aedes aegypti, que trasmiten esta enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que, cada año, el virus infecta a entre 50 y 100 millones de personas, de las cuales cerca de 500.000 necesitan ser hospitalizadas. De ellas, aproximadamente el 2.5% (unas 12.500) muere.

Mientras que en los años 70 encontrábamos a estos mosquitos solo en una decena de países, ahora están presentes en Africa, Sudamerica y el sudoeste asiático. Se propagan y adaptan tan rápidamente que ni los insecticidas, ni las mosquiteras, ni las técnicas de desecación de zonas húmedas ha conseguido reducir su expansión. Así que solo queda atacarles donde más les duele: su reproducción.

El proyecto se está llevando a cabo en la ciudad de Juazeiro, en el interior del Estado de Bahía, que se ha convertido en el primer ‘laboratorio’ con el objetivo de reducir la incidencia del dengue disminuyendo las posibilidades de reproducción del mosquito.

Además, aquí se ha inaugurado recientemente la primera biofábrica de la Organización Social Moscamed, donde se crían semanalmente medio millón de Aedes aegypti genéticamente modificados.

Precisamente, el proyecto consiste en soltar machos modificados capaces de reproducirse pero incapaces de producir una generación viable de animales, por lo que se les conoce como ‘estériles diferidos’. De hecho, si los machos fecundan a las hembras, les trasmiten el gen modifcado y las larvas, al eclosionar, mueren. Esta idea surgió en los años 50 pero hasta hoy el método había fallado. En la actualidad, funciona gracias a que los mosquitos reciben, en el laboratorio, gran cantidad de un antibiótico común, llamado tetraciclina.

Los investigadores de Moscamed han realizado el primer ensayo en un barrio donde el dengue golpea fuerte. Para ello, han soltado cada semana medio millón de mosquitos y, según sus datos, se ha conseguido reducir la población de insectos en un 85%. Danilo Carvalho, gerente del proyecto, explica que:

Percibimos que los mosquitos transgénicos se comportan igual que los que no han sido genéticamente modificados. Viven unos 20 días y no salen de un radio de vuelo máximo de 80 ó 100 metros

Sin embargo, los ecologistas manifiestan su preocupación porque no se sabe qué pasará si alguno de estos animales modificados pica a un ser humano. A esto, Hadyn Parry, director ejecutivo de Oxitec, -compañía británica especializada en el control de insectos para evitar propagación de enfermedades- contesta que:

Modificamos machos que no pican; eso lo hacen las hembras

Otro riesgo que entraña el proyecto es que no se sabe qué pasará si los mosquitos son comidos por otros animales y entran en la cadena trófica. Así que, Camilo Rodríquez Beltrán, investigador de la Universidad del Desarrollo de Chile, señala que «es necesario completar todas las pruebas antes de aplicarla en campo».