La crisis acentúa la tardía emancipación de los jóvenes en España

Foto del acto de presentación de las conclusiones de la investigación
Foto: Obra Social Caja Madrid

El tradicional modelo español de emancipación juvenil se sitúa, junto al italiano, como el más tardío de Europa. Nuestros jóvenes siempre han tendido a dejar el nido más tarde que el resto de ciudadanos europeos, pero actualmente esta situación se está viendo acentuada a causa de la fuerte crisis económica que, desde el año 2008, obliga a las familias a ajustarse los cinturones.

Así lo ha reflejado la investigación ‘Jóvenes y emancipación en España’, realizada por Obra Social Caja Madrid y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Sus resultados han mostrado que la situación económica es un elemento determinante que influye en el retraso en la edad de independizarse, que se sitúa ya en torno a los 29 años, sin olvidar que se trata de un proceso que siempre ha sido más lento en España, con respecto al resto de países europeos.

La tasa de paro juvenil, especialmente, junto al precio de la vivienda constituyen los principales factores que impiden que las nuevas generaciones se propongan siquiera la posibilidad de irse de casa de sus padres. De hecho, junto con Grecia, España se sitúa en la cima de Europa con mayor número de jóvenes en situación de paro, concretamente con un 52,1%, y tan sólo un 55% de los que trabajan ven posible hacer frente a los gastos de alquiler. La adquisición de una vivienda, dada la capacidad de endeudamiento que implica, directamente, la descartan.

Hasta el año 2008, las causas fundamentales venían de la mano de aspectos culturales, modelos familiares y políticas públicas. En España, es curioso, pues el proceso de emancipación no se da al margen de la familia como ocurre en otros países, sino que se trata de una decisión en la que participan todos los miembros del núcleo familiar y en la que influyen proyectos de cara al futuro consensuados, como la formación y expectativas en el mercado laboral. Entre todos se decide.

Los padres españoles suelen tener una idea fija y es que no permitirán que sus hijos “vivan de cualquier manera”. Del mismo modo, los jóvenes no abandonarán sus casas si ello conlleva vivir en condiciones de peor calidad.

Sin necesidad de emanciparse

De hecho, los jóvenes, de edades comprendidas entre los 18 y 20 años, según lo recogido en la investigación, no muestran ningún tipo de necesidad de emanciparse, pues para ellos irse de casa no significa mayor independencia y autonomía. En sus casas, explican, cuentan con gran libertad, a lo que se une la comodidad y estabilidad diaria de la que allí disfrutan. Esto último no es un secreto. De hecho, sus progenitores están totalmente de acuerdo y aceptan esta necesidad doméstica, así como el otorgarles su completo espacio personal.

A esto se unen otros aspectos culturales típicos en España como la existencia de pocos jóvenes españoles dispuestos a cambiar de lugar de residencia, pese a que la crisis está modificando esta tendencia y al esquema prioritario y clásico de emancipación con el objetivo de formar su propia familia. Asimismo, otros serían la idea de que alquilar un piso es tirar el dinero frente a comprarlo, o la ausencia de políticas que apoyen e impulsen la independencia juvenil.

La suma de todo lo anterior termina haciendo que los jóvenes opten por posponer su salida definitiva de casa de sus padres, lo cual, según advierten los expertos que han llevado a cabo este estudio, no tiene lugar como reflejo de pasividad de las nuevas generaciones, sino como convicción de que han de adaptarse a las nuevas circunstancias y necesidades.