Los cafés del recuerdo: un antídoto contra el Alzheimer

Señora mayor sonriendoCada vez son más los casos de personas con Alzheimer en el mundo. De hecho, seguro que la mayoría de los que estáis leyendo estas líneas ha conocido ya alguno. Bien de manera directa en su propia familia o bien indirectamente en la de un amigo o persona de su entorno, la denominada enfermedad del futuro se abre un hueco en nuestras vidas.

Además, ésta suele ser una de las que mayor temor produce al ser diagnosticada. ¿Qué voy a hacer sin recuerdos?, se preguntan muchos al conocer el motivo de lo que, en un principio, pensaban que eran despistes tontos.

Estas personas comienzan a experimentar un deterioro cognitivo y trastornos conductuales, y con ellos viene asociada la pérdida progresiva e irreparable de la memoria. Con esto, comienza a producirse un comportamiento típico de este colectivo social: el aislamiento. Dejan de salir a la calle y tratan de evitar el contacto con otras personas, así como van olvidando actividades tan cotidianas como asearse.

Fruto de la preocupación y toma de conciencia acerca de las limitaciones de la medicina para enfrentar la enfermedad nacen en el año 1997 en Holanda los “Alzheimer’s-cafe” con la idea de constituir lugares de encuentro para que estas personas disfrutasen de momentos de ocio. Este tipo de establecimientos se expandió pronto por Europa llegando a consolidarse hasta llegar a un centenar, repartidos por diversos países.

Dado su éxito, Francia dio un paso más y en 2004 estableció una iniciativa similar con la creación de una red de 40 locales, que sería conocida con el nombre de restaurantes de la memoria. Todo ello, recogido bajo el nombre de Union National des Bistrots Mémoire (UNBM).

La idea de estos movimientos que, a día de hoy, siguen existiendo no es otra que la de lograr frenar la pérdida de recuerdos, fomentando las relaciones personales y encuentros sociales de estas personas.

El apoyo de psicólogos a los familiares de estas personas y sus cuidadores y la información sobre lo que supone la enfermedad son algunos de los servicios que se ponen a disposición de aquel que lo desee, además de la posibilidad de charlar y disfrutar de un lugar agradable que no recuerde a la típica sala de un recinto hospitalario o sanitario.

También en España podemos encontrar estos mágicos lugares en los que la cercanía y trato con estas personas, mientras tomamos un café o saboreamos un plato, se convierten en un antídoto clave para ralentizar las consecuencias del Alzheimer.

De hecho, los que inicialmente se lanzaron a llevar a cabo este proyecto, aseguran que se ha visto perfectamente reflejado un cambio positivo en la calidad de vida de estas personas. Allí se les escucha, se les incita a debatir y a compartir ideas, lo que hace que entrenen la mente y mantengan vivos el mayor tiempo posible todos sus recuerdos.