Gestionar una ONG requiere tiempo y esfuerzo. Pero además, se establecen una serie de requisitos que, de cumplirse, otorgan a la organización el reconocimiento de gestión de calidad. Estos parten del Instituto para la Calidad de las ONG, que vela por su aplicación en las entidades de acción social y que marca pautas relativas a la responsabilidad de la dirección, la planificación de objetivos, la organización y desarrollo de las actividades, los sistemas de medición y evaluación y mejora continua e, incluso, la comunicación.
El Instituto para la Calidad de las ONG (ICONG) respalda la Norma ONG con Calidad, que cuenta ya con la cuarta edición. Esta última versión no introduce cambios sustanciales con respecto a las anteriores, pero define más si cabe los parámetros técnicos considerados importantes para establecer el nivel de calidad en la gestión de una organización no gubernamental de acción social. El objetivo es la «mejora constante de la eficacia y la eficiencia» y considerar los requisitos recogidos en la norma como valores de las ONG que cumplen con ellos.
Relación con los clientes y otras partes interesadas. La organización debe saber quiénes son las personas, colectivos y entidades que reciben sus servicios o productos porque en ellos se centrará el sistema de calidad. A partir de esta definición, los requisitos harán referencia a calidad del producto y servicio y calidad de vida de los destinatarios, derechos humanos, seguridad y salud laboral o protección del medio ambiente, entre otros.
Requisitos legales. Se han de identificar y documentar los requisitos legales para llevar a cabo las actividades, productos y servicios, además de asegurar que se cumplen.
Requerimientos de la dirección. La dirección de una organización es la base de esta. En ella recae el «liderazgo y compromiso públicos y continuados». Por este motivo, debe garantizar que se cuenta con los recursos necesarios para cumplir con una gestión de calidad, debe tomar decisiones para que así sea. Ha de definir y documentar su misión, sus valores, sus políticas y objetivos -realistas, medibles y evaluables- y, al menos una vez al año, «revisar la eficacia de los elementos del sistema de gestión de la calidad para alcanzar las políticas y objetivos establecidos». De este modo, se realizarán los ajustes necesarios para satisfacer las necesidades de los clientes. Son también funciones de la dirección aceptar compromisos con la Administración pública u otro cliente y decidir quién será la persona que velará por la aplicación y cumplimiento de una gestión de calidad.
Cómo se debe planificar una gestión de calidad. Los objetivos marcados por la ONG marcarán siempre el camino. Por ello han de poderse medir, para examinar cada cierto tiempo si se cumplirán o será necesario introducir cambios para que esto sea posible. Del mismo modo, se han de analizar los procesos clave y planificar los cambios que hagan posible mantener una gestión de calidad.
Organización y desarrollo. En este punto, una ONG debe definir las funciones y responsabilidades de todo el personal, tanto remunerado como voluntario, así como la participación de ambos en la gestión, pero también tiene que marcar cuáles son los derechos y deberes de los clientes, así como establecer las relaciones que mantendrá con las partes interesadas, puesto que ha de responder a sus necesidades. Se incluyen en este apartado los procesos clave; proyectos, servicios y productos, que contarán con un equipo adecuado, seguimiento y evaluación; la gestión de personas formadas en valores y con unos perfiles que se adapten a los requerimientos de la entidad; materiales comprados y los servicios subcontratados, siempre previstos para mantener el nivel de calidad que se pretende; y la gestión económica y administrativa, basada en criterios de eficiencia y transparencia.
Fuente: Eroski Consumer