La sociedad india se moviliza contra la violencia de género

Manifestantes rodean el Tower Clock de Anantapur
Foto: María Martín /FVF

Hace un mes, una mujer de 23 años fue brutalmente violada y agredida por seis hombres cuando viajaba en un autobus de Nueva Delhi. Como consecuencia de esa agresión, la joven sufrió graves daños en los órganos internos, un paro cardíaco y una lesión cerebral que la mantuvieron ingresada en el hospital en estado crítico hasta que, finalmente, falleció unos días después.

El caso de esta joven conocida como Amanat conmocionó al mundo entero y puso de manifiesto, una vez más, el tema de la discriminación a la que se ven sometidas las mujeres en India donde las violaciones son sólo la punta del iceberg de un problema endémico de desigualdad y violencia de género fruto de una sociedad patriarcal donde los derechos de las mujeres se ven continuamente vulnerados.

Tras esa violación, el gobierno prometió leyes más fuertes contra los ataques sexuales y los líderes indios hicieron un llamamiento social a mantener la calma. Sin embargo, la población india salió a la calle para mostrar su indignación y rechazo de una forma masiva para tratarse de un país donde, en general, las reivindicaciones de los derechos de la mujer son aún escasas.

La Fundación Vicente Ferrer (FVF), una de las organizaciones con mayor trayectoria de trabajo en la India, ha querido sumarse a estas movilizaciones sociales para apoyar la lucha contra la violencia por cuestión de género en la India. Por ello, el pasado 9 de enero sus más de 1.500 trabajadores en India se manifestaron por las calles de Anantapur rememorando a la joven Amanat.

La manifestación fue multitudinaria ya que a ella se sumaron mujeres pertenecientes a distintos ‘shangams’ (asociaciones de mujeres) de la zona, y muchas otras personas espontáneas que recorrieron en silencio los cuatro kilómetros que separan las oficinas centrales de la FVF del Tower Clock, situado en el centro de Anantapur. Una vez allí, tuvo lugar un emotivo acto en el que los manifestantes rodearon la torre del reloj cortando el tráfico, encendiendo cientos de velas y alentando a la implicación de toda la sociedad para detener la violencia contra las mujeres.

Además de esta gran manifestación, la FVF ya ha organizado marchas en otros 74 pueblos del distrito en las que han participado más de 22.000 personas.

Aún con el caso de Amanat muy reciente, dos días después de la manifestación convocada por la FVF, el 11 de enero, sucedía otro espeluznante caso de violación colectiva a una mujer que viajaba en un autobus por el estado indio de Punjab, y ayer mismo conocimos la noticia de la violación de una niña de 7 años en el baño de su escuela situada en la ciudad de Vasco, perteneciente a la región india de Goa.

Un llamamiento a favor de los derechos de las mujeres

Desde la organización que preside Anna Ferrer ya se ha apelado a los miembros del gobierno, a la policía y a los legisladores a que tomen partido en esta lucha por los derechos de las mujeres aunque los datos que maneja la FVF muestran cierta mejoría en cuanto a la toma de conciencia por parte de las mujeres de la importancia de denunciar los abusos: en 2011 más de 24.000 mujeres indias fueron violadas y denunciaron a sus agresores, un 9% más que el año anterior.

Sin embargo, según la Oficina Nacional de Registro de Crímenes, cada 20 minutos una mujer es violada en la India pero la gran corrupción presente en las fuerzas de seguridad indias hace que sólo uno de cada cuatro casos sea condenado.

Estos casos tan mediáticos, que lamentablemente no son hechos aislados, han servido para ahondar en el sentimiento común de que ha llegado el momento de poner fin a la terrible situación de infravaloración de la mujer presente en todos los ámbitos de la sociedad india.

Miles de personas se han echado a la calle para exigir a sus gobernantes medidas para que este tipo de crímenes no vuelvan a ocurrir y el gobierno indio ha empezado a dar pasos en este sentido planteando, por ejemplo, la creación de una vía judicial rápida para delitos sexuales.

Indudablemente, el cambio social que se necesita llevará bastante tiempo pero el hecho de que gran parte de la sociedad india haya perdido el miedo de reivindicar los derechos de las mujeres, da esperanzas para pensar que el camino hacia la igualdad de la mujer avanza con paso firme y que ya no hay vuelta atrás.