Colisiones neuronales podrían dar respuesta a diferencias cerebrales entre individuos

Conexiones neuronales

El cerebro sigue siendo una gran incógnita y reto en la actualidad. Expertos y profesionales del campo de la neurología trabajan día a día para alcanzar a comprender y explicar el porqué de numerosas cuestiones y dudas que su funcionamiento nos sigue deparando.

Recientemente, un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lograba un nuevo hallazgo que, posiblemente, pueda dar respuesta a las diferencias cerebrales entre individuos de una misma especie.

Se trata de un estudio que desvela que determinadas colisiones neuronales durante el desarrollo del cerebro crean patrones ordenados de neuronas cuando no hay señales que guíen su destino. El investigador y director del proyecto del CSIC Óscar Marín aseguraba recientemente lo siguiente acerca del estudio, publicado en la revista Neuron:

Discernir el modo en que las neuronas jóvenes ‘viajan’ a través del cerebro embrionario para formar la corteza cerebral ha sido uno de los objetivos de estudio. Hemos demostrado que el azar interviene en el desarrollo de la corteza cerebral

Esta última es reconocida como una de las zonas más complejas del cerebro en todos los mamíferos, alcanzando su máximo desarrollo en los seres humanos y los monos. Para su correcta formación es necesaria la existencia de numerosas señales químicas que guíen a las células que le componen al lugar que ocuparán y que mostrará la función final que llevarán a cabo.

La investigación llevada a cabo refleja cómo las neuronas de temprana generación y esenciales en el progreso de la corteza cerebral, denominadas Cajal-Retzius, no están guiadas por señales que les dirijan su lugar de destino. Según los experimentos, se trata de un contacto al azar y una posterior repulsión entre dichas neuronas lo que finalmente determina cómo distribuirse.

Así se da la imprescindible y crucial colocación de las diversas áreas funcionales de la corteza cerebral, donde se procesa la información para cada modalidad sensorial, que dará lugar a una correcta y eficaz interpretación de datos.

A todo este hallazgo, Verona Villar‐Cerviño, investigadora del CSIC en el Instituto de Neurociencias, añadía además lo siguiente:

Antes pensábamos que la variabilidad era únicamente genética. Hasta hace poco, se creía que la distribución de las neuronas en la corteza cerebral durante el periodo de migración venía determinada exclusivamente por la expresión de ciertos genes, cuyos productos se encargaban de servir de guía a las neuronas por el camino a su destino final. Estos estudios demuestran que, además de la variabilidad genética, otra forma de explicar las diferencias en la agudeza sensorial y capacidad motora de individuos de una misma especie podrían ser estos choques producidos al azar entre células al viajar hacia su destino