
La gente de Greenpeace llega. No sabemos muy bien cómo lo hacen, pero saben, desde el activismo, implicar al personal y llegar al corazón del sensible. En esta ocasión, para su nueva campaña ‘Salvar el Ártico es salvar mucho más’ se han arropado del frío auténtico del Ártico, el cual pretenden preservar, con personajes famosos que, supuestamente, den prestigio a su iniciativa o, quizás más bien, logren que arrastren más personas para su causa. Justificado.
Ciertamente importa poco la relevancia social o el mérito personal de esas personas, sin desmerecerlas, y lo suyo es aunar esfuerzos y voluntad, y unirse a la gran cadena humana que están pergeñando desde Greenpeace con la intención de que la Asamblea General de Naciones Unidas declare las aguas internacionales del Ártico como espacio protegido. De ese modo, los ecologistas lograrían que allí se prohibieran las actividades de explotación petrolífera y también la pesca industrial.
Sin embargo, aunque celebridades como Alejandro Sanz, Juan Ramón Lucas, Wyoming, Thais Villas, Gonzo, Dani Mateo, Coque Malla, Rebeca Jiménez, Sergio Peris-Mencheta o Nicolás Coronado hayan tenido la gentileza o la curiosidad de viajar al Ártico para componer también esa cadena humana que os refería, lo importante, en nuestra opinión, es que son, a día de hoy, 1.617 personas anónimas, importantísimas también e irremplazables las que participan en este blanco y frío abrazo ártico. Merece la pena ver esos vídeos en este enlace, por los mensajes, por las intenciones. Os damos cuenta, al menos, de uno:
Y entre tanta parafernalia, trascendente también recordar lo que ocurriría en casa de no lograr salvar el Ártico. Así, entre las terribles consecuencias, la ONG ecologista apunta la subida del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad, el aumento de temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos que, de seguro, serán algunos de los efectos del cambio climático en península e islas. Que no estamos hablando de todo el resto del planeta. Que nos toca a nosotros. A pesar de que nos separen más de 5.000 kilómetros de distancia y, sin ser muy alarmistas, sinceramente, no tan a largo plazo, lo cual no deja de ser halagüeño. Asegura Greenpeace:
Si las temperaturas mundiales aumentan más de dos grados no sólo el Ártico desaparecerá sino que la Península Ibérica y sus dos archipiélagos se enfrentarán a pérdidas de especies, aumentos de plagas y en general, posibles impactos en importantes sectores económicos
Y a efectos prácticos, quien quiera unirse a esta cadena humana deberán de mandar un mensaje al 28099 con “Ayuda Ártico» y recibir una geolocalización para meterla en la web y visualizar el lugar simbólico del Ártico que protegen. Mientras, contemplemos en las imágenes de la semana ese Ártico, lo que queda de esa parte del mundo exclusivo, gélido, inmensamente rico en biodiversidad y que casi parece encarnar, a no ser que nos demos prisa y acrecentemos nuestra conciencia, “el principio del fin”. Disfrutad el Ártico. Preservémoslo.