
Hasta el momento, se conocía que las personas a las que se les ha diagnosticado Alzheimer se caracterizan por el hecho de que su cerebro presenta estructuras patológicas asociadas a la enfermedad, como por ejemplo las placas de proteína beta amiloide.
Pero ahora, gracias a una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizada recientemente y publicada en la prestigiosa revista Journal of Alzheimer Disease, conocemos también que la sinapsis neuronal -que es la conexión entre las neuronas y las células glandulares o musculares a través de la que nuestro cerebro transmite el impulso nervioso– es mucho menor en las zonas del cerebro afectadas por la dolencia. De hecho, los investigadores cifran la disminución en cinco veces menos que en un cerebro sano.
Los expertos han estudiado muestras de diferentes regiones cerebrales de cinco donantes a quienes se les diagnosticó Alzheimer en vida y gracias a este análisis el equipo ha logrado reconstruir imágenes en 3D con las que identificar el número exacto y la distribución de las sinapsis neuronales.
Con este hallazgo se ha descubierto una notable disminución de sinapsis en las regiones afectadas por el Alzheimer, pero además, se ha detectado que la distribución de los contactos sinápticos se concentran en los espacios libres que dejan las placas amiloides. Sin embargo, en las regiones cerebrales más alejadas de estas estructuras, las sinapsis se distribuyen de forma aleatoria.
En este sentido, el experto que ha coordinado la investigación, Javier de Felipe, quien desarrolla su actividad laboral en el Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, ha destacado que “estas alteraciones sinápticas podrían explicar, en parte, el deterioro cognitivo que produce el Alzheimer”, puesto que producen cambios en las conexiones interneuronales.
Para esta reconstrucción, los investigadores del CSIC han utilizado una nueva técnica de microscopía que se usa en el estudio de ciencia en materiales, donde esta técnica de reconstrucción 3D está más desarrollada que en el campo de la neurociencia, y que permite distinguir los contactos sinápticos gracias a su contraste y su gran calidad de resolución.
El empleo de este ultramicroscopio puede ser, asimismo, fundamental en la profundización del conocimiento de la corteza cerebral y por tanto, en la investigación sobre las posibles causas y tratamientos de la enfermedad de Alzheimer.