
Un equipo de investigadores de la Universidad de Tel-Aviv, liderados por Daniel Segal, ha realizado un estudio que señala que el manitol, un edulcorante presente en los chicles sin azúcar, podría dar nuevas pistas para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.
Y es que esta sustancia que se obtiene de las algas y que ya se utiliza como componente de algunos fármacos que disminuyen la neuroinflamación evitaría, según los autores de este trabajo, la acumulación en el cerebro de proteína alfa sinucleína, clave para la aparición y la progresión del Parkinson.
Esa acumulación de alfa sinucleína se produce en la llamada sustancia negra del cerebro y produce la muerte de las neuronas dopaminérgicas, cuya pérdida es la responsable de los síntomas motores que se asocian a la enfermedad, entre los que se encuentran los trastornos del movimiento; la lentitud de los mismos, conocida como bradicinesia, la rigidez y el temblor.
En condiciones normales, hay un grupo de proteínas llamadas chaperonas que ayudan a que la proteína alfa sinucleína a adquirir una forma tridimensional que es la que permite que realice su función en el cerebro.Pero en las personas a las que se les ha diagnosticado Parkinson, las chaperonas no realizan adecuadamente su función y la alfa sinucleína se pliega de forma irregular y provoca que se acumule en la sustancia negra del cerebro.
Según el equipo coordinado por Segal, el manitol sería capaz de actuar como proteína chaperona, llegando hasta el cerebro gracias a su capacidad para traspasar la barrera hematoencefálica y ayudando a que la alfa sinucleína se pliegue convenientemente y no se acumule en la sustancia negra del cerebro.
El experimento se realizó con moscas de la fruta, que también desarrollan la enfermedad de Parkinson e incluso reproducen los trastornos del movimiento de forma similar a los humanos. Al alimentarlas con manitol, casi el 70% de las que presentaban dificultades motoras mejoraron ostensiblemente y además, la cantidad de proteína alfa sinucleína mal plegada en sus cerebros disminuyó de forma considerable.
Aunque antes de realizar ensayos clínicos con humanos hay que probar los resultados de esta investigación en ratones, y los propios autores desaconsejan la ingesta masiva de manitol, por aquello de ser una sustancia que puede abrir vías de llegada al cerebro para agentes tóxicos; este trabajo abre la puerta a una nueva línea de investigación en pro de frenar el Parkinson y sus síntomas.