Mauritania es un país relativamente pequeño, con una población de tan solo 3,5 millones de personas, pero que dispone de importantes recursos naturales. A pesar de ello, el 46% de la población vive bajo el umbral de la pobreza.
Fronterizo con Malí, Senegal, Argelia y el Sáhara, se trata de un territorio amenazado por crisis alimentarias recurrentes debidas, entre otros factores, a la falta de lluvia y a las subidas de precio de los alimentos.
En este erial es casi imposible cultivar alimentos con los que dar de comer a una población hambrienta. No obstante, las zonas cercanas al río Senegal son fértiles, como si de un oasis en mitad del desierto estuviéramos hablando. El problema es que se desaprovechan los recursos por la mala gestión del agua.
Es lo que cuentan desde la ONG Intermón Oxfam, que desarrolla parte de su trabajo en aquel país apoyando a pequeños agricultores para que puedan crear huertos a la orilla del río y de este modo obtener alimentos con los que abastecer a sus familias a pesar de las sequías que azotan al país.
En un lugar en el que la tasa de analfabetismo de las mujeres supera el 56%, llama la atención el espíritu y la capacidad emprendedora de esta mitad de la población, que ha visto en la creación de huertos una salida a su situación de carestía permanente.
Una de estas valientes es Aminata Yero, presidenta de la cooperativa de Ganki, que agrupa a 80 mujeres que trabajan codo con codo promoviendo la construcción de huertos.
Ante la falta de lluvias nos hemos agrupado para trabajar juntas. También porque aquí es muy difícil disponer de tierras y con la cooperativa podemos cultivar y acceder a microcréditos. Actuar unidas nos ayuda a mejorar nuestros ingresos
Pues ese es precisamente el espíritu, el de la cooperación y el trabajo en conjunto que nos hace progresar a todos. Y si es con la ayuda de las ONG, pues mejor que mejor. Precisamente para eso, para apoyar y dar aliento a la lucha de estas mujeres para salir adelante, Intermón Oxfam impulsa la construcción de sistemas de riego que permiten un uso más eficiente de este recurso y la utilización de motobombas para subir el agua del río.
La población de Mauritania que apuesta por la construcción de huertos para autoabastecimiento también cuenta con la ayuda de la organización no gubernamental para acceder a herramientas y formación en técnicas agrícolas que les permiten sacar mayor provecho a sus tierras.
En palabras de Aminata Wone, responsable de promoción femenina de la Asociación Mauritana para el Autodesarrollo:
Es extraordinario cómo este tipo de agricultura ha cambiado aquí la vida a la gente. Ahora, algunas de estas mujeres con su producción han podido incluso comprar vacas, construirse techos y ocuparse de la educación de sus hijos…
Y como una imagen vale siempre más que 1.000 palabras, os hemos preparado esta galería fotográfica en la que, si miras con detenimiento, puedes ver la ilusión reflejada en los rostros de estas mujeres que luchan cada día para salir adelante y caminar hacia un futuro mejor.