Formación a distancia, teleformación, o e-learning.

Cuando hablamos de formación a distancia, ahora podemos utilizar varias formas de nombrarlo, ¿pero conocemos su procedencia y diferencia? Formación a distancia, teleformación o e-learning, todos estos conceptos son aparentemente iguales, pero tienen diferencia procedencia y por tanto aplicación.

La formación a distancia es más un concepto de espacio: el alumno no está físicamente presente en el lugar donde se sitúa el formador, con independencia del medio utilizado para aportar el material formativo (correo ordinario, fax, etc.).

La  Teleformación, no deja de existir el componente de distancia física entre el alumno y el profesor, por tanto es una formación a distancia, deriva de una palabra compuesta por el prefijo griego “tele-“, que significa lejos, y el nombre común formación, del latín “formatio”, que hace referencia al concepto de educación y conocimientos.

La formación a distancia se convierte en teleformación con la incorporación de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs). Aparecen las herramientas multimedia, como pueden ser CD-Rom, TV interactiva, videoconferencias, redes de telecomunicación, chats, foros de debate, plataformas de teleformación, etc, y se incorporan a los recursos didácticos.

El e-learning es una evolución de todas ellas y se refiere a un proceso de enseñanza a distancia que se nutre de las TICS (tecnologías de la información y la comunicación). El término e-learning proviene del inglés “electronic learning”, es decir, “aprendizaje electrónico”. Su rasgo diferencial se lo aporta esa “e” que colocamos justo delante y supone la asunción de que el aprendizaje se desarrolla a través de Internet. Son rasgos diferenciales la preparación previa de los materiales didácticos no serán cambiantes ni se darán por cada día lectivo, sino que previamente a la acción formativa debe de estar ya preparado por completo, la versatilidad: el estudiante es quien establece sus horarios de estudio y el espacio físico desde donde va a realizar el curso. Ya sea en el salón, en el dormitorio o en casa de un amigo: el entorno lo elige él. Por último y más importante es el contacto permanente con el profesor o tutor.