
Muchas entidades se suman estos días a la 12ª edición de la ‘Semana Europea de la Movilidad’ para sensibilizar sobre el impacto que tiene el transporte en la calidad del aire a nivel local y, de paso, animar a los ciudadanos a mejorar su salud y bienestar optando por un cambio en sus pautas de movilidad cotidianas. Por ese motivo, este año el eslogan elegido es ‘Muévete por un aire más limpio’.
Según la Comisión Europea, se espera la participación en el evento de más de 2.000 ciudades europeas. Este año la semana se desarrolla hasta el 22 de septiembre y, según Janez Potočnik, comisario europeo de Medio Ambiente:
Este año hacemos hincapié en la incidencia de nuestro comportamiento diario en el aire y en nuestra salud
En este sentido, el comisario europeo hace un llamamiento para que las ciudades desempeñen un papel primordial en la mejora de las opciones de transporte y, para ello, apuesta por la concienciación y las alternativas más verdes porque “nuestras ciudades pueden convertirse en polos que atraigan a más habitantes”, añade.
Por su parte, Siim Kallas, comisario europeo de Transporte y Movilidad confirma que:
La ‘Semana Europea de la Movilidad’ nos recuerda que todos podemos contribuir a combatir la contaminación atmosférica en las ciudades mediante un cambio en nuestros hábitos como, por ejemplo, ir al trabajo en bicicleta en lugar de en automóvil o desplazarnos en transporte público
Por su parte, en nuestro país, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente es el que coordina esta iniciativa europea en la que, según informa, participan 368 ciudades españolas. Por lo visto, continúa el organismo, España ha presentado “más de 1.000 medidas permanentes relacionadas con modelos de transporte más respetuosos con el medio ambiente” y entre los actos programados por el Ministerio se encuentran un foro con emprendedores en el ámbito de la movilidad.
Además, se ha puesto en marcha de la campaña ‘Reto por la Movilidad Sostenible’ que, a través de la Fundación Biodiversidad, buscará promover la participación ciudadana en la mejora de la movilidad. Con esta iniciativa, se pretende llegar a 20.000 usuarios y que la sociedad y las administraciones adquieran un compromiso para realizar, individual o colectivamente, este objetivo difundiendo en las redes sociales el hashtag #RetoMovilidad.
Desde el Ministerio también se pide la participación ciudadana en la actividad ‘¡La ciudad, sin mi coche!’, que se celebrará el día 22 de septiembre y que persigue encontrar nuevas soluciones a los problemas asociados al aumento del tráfico en las ciudades.
Por supuesto, otras organizaciones ecológicas, precisamente durante estos siete días y coincidiendo con la ‘Semana de la movilidad’, están informando sobre las graves repercusiones de la contaminación sobre nuestra calidad de vida. Es el caso de la ONG Ecologistas en Acción, que considera “necesario imponer restricciones al uso del coche para garantizar el derecho a respirar un aire limpio”.
Asimismo, esta organización comparte los datos de la Comisión Europea para hacer consciente a la ciudadanía de que “se estima en 100 millones los días de baja por esta causa cada año, así como nada menos que 350.000 muertes prematuras también anualmente”. Y añade que incluso otros estudios, como el de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indican que estos datos pueden ser todavía más dramáticos.
A pesar de todo, Ecologistas en Acción no ha dejado pasar la oportunidad, durante el desarrollo de iniciativa europea, para denunciar que “las administraciones españolas no están dando la importancia que tiene a este grave problema medioambiental” y que “en muchos casos, estas siguen instaladas en la política de facilitar el tránsito de vehículos antes que en limitarlo”, concluyen.
Hay que recordar además, según apunta la Comisión Europea, que la mala calidad del aire sigue afectando considerablemente a la salud de los ciudadanos europeos, pues provoca complicaciones respiratorias y cardíacas, así como muertes prematuras, además de acortar la esperanza de vida. La contaminación atmosférica, continúan desde el organismo europeo, “también perjudica al medio ambiente, con secuelas tales como la acidificación, la pérdida de biodiversidad, la reducción de la capa de ozono y el cambio climático”.