Así son los jóvenes españoles

Estudiantes
Foto: Jorge Villa Bolaños

En España hay 7,5 millones de personas con edades comprendidas entre los 15 y 29 años (15,6% sobre el conjunto de la población). El Instituto de la Juventud de España (Injuve) ha realizado en su último informe un retrato sobre la situación de los jóvenes de nuestro país atendiendo a diferentes aspectos de sus vidas para mostrar cómo sus hábitos han cambiado debido a la situación de crisis que estamos viviendo.

La coyuntura económica actual y el progresivo descenso de la fecundidad auguran un futuro incierto para la población joven española. Si la situación no mejora, es muy probable que la fecundidad no se recupere (continuando la tendencia hacia el envejecimiento progresivo de la población), que el flujo de inmigrantes jóvenes se reduzca, que los jóvenes inmigrantes residentes en España retornen a sus países de origen y los jóvenes españoles opten por buscar oportunidades en otros países. Esto significaría una pérdida poblacional irreparable.

Nos encontramos ante una situación en espiral: siete de cada diez jóvenes vivían con sus padres en el año 2011 siendo España el país con más jóvenes en esta situación de Europa. Si analizamos los datos desde la perspectiva educativa, a mayor nivel formativo, mayor es el número de jóvenes que permanecen en el entorno familiar ante la falta de oportunidades laborales. Esta situación desemboca en un claro descenso de la natalidad: ha aumentado el porcentaje de jóvenes que quieren tener uno o dos hijos pero también el número de jóvenes que no quieren tener ninguno.

El empleo es una de las mayores preocupaciones

El 57% de los jóvenes tardan más de seis meses en encontrar trabajo después de finalizar sus estudios a pesar de que, a mayor cualificación, menor es el tiempo de espera. Destaca el hecho de que el 34% tarde más de dos años en encontrar empleo (el 32,5% de los jóvenes desempleados son de larga duración) y, en general, las mujeres tardan más que los hombres en encontrarlo.

Este informe desmitifica la extendida percepción de los llamados ‘ninis’ (jóvenes que ni estudian ni trabajan). De los 5.000 encuestados, del 1,8 de los que responden estar en «otra situación laboral», tan sólo el 5,3% de los entrevistados responde que «no hace nada ni busca trabajo».

Aunque el espíritu emprendedor ha aumentado desde 2007 la realidad es que la situación actual convierte a España en uno de los países de Europa con menor porcentaje de jóvenes emprendedores (4.0%).

En cuanto a la situación laboral de los jóvenes con discapacidad, estos presentan una peor situación laboral que el conjunto. Solo un 40,2% de los jóvenes con discapacidad es activo frente a un 66,4% de la población joven total. El informe revela que la discapacidad es un agravante en la situación de vulnerabilidad y precariedad en la que viven los jóvenes en España.

Generación globalizada y tecnológica

El informe muestra una generación joven globalizada que incluye las nuevas tecnologías como uno de los mecanismos básicos de su forma de vivir. Reconoce un escenario claro de desigualdades sociales, considerando especialmente relevantes la relativas a las condiciones económicas. La familia sigue siendo el principal referente de socialización política, frente a las amistades y el entorno escolar a pesar de que el interés por la política ha disminuido.

La salud de los jóvenes españoles es en general buena, y así lo perciben. Casi 164.000 personas jóvenes tienen algún tipo de discapacidad. La valoración del estado de salud subjetivo es mucho peor entre las personas con discapacidad que entre el resto de jóvenes.

El principal ámbito afectado por la discapacidad entre las personas jóvenes es la movilidad (89%), seguida de la vida doméstica, las interacciones y relaciones personales y el aprendizaje y aplicación de conocimientos.

Más allá de la discapacidad motriz y/o sensorial, las personas jóvenes con discapacidad relatan las dificultades relativas a los aspectos relacionales y vitales básicos para conseguir un nivel óptimo de integración social, y manifiestan una experiencia discriminatoria en este sentido.

A pesar de estos datos, tres de cada cuatro jóvenes dice sentirse muy o bastante satisfecho con su vida, por encima de lo que manifiestan las personas jóvenes del resto del entorno europeo. Sin embargo, desde 2009 ha descendido el nivel de satisfacción entre este colectivo, en concreto casi 10 puntos entre los 18 y 24 años y en más de 15 por encima de los 25.