
El trabajo en cooperación al desarrollo que han realizado la ONG InteRed y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) ha logrado formar a mujeres y hombres de comunidades empobrecidas de Filipinas en técnicas de agricultura sostenible que permiten mejorar la calidad de las cosechas, vivir y trabajar con dignidad y que las comunidades participen en su propio desarrollo.
Así lo confirman estas dos entidades que, para compartir su trabajo, su compromiso y sus logros ‘in situ’, han realizado un documental que os invitamos a ver y que, bajo el título de ‘Bayanihan. La cooperación como experiencia de solidaridad y cuidado mutuo’, narra la labor de ambas en Filipinas.
Tanto InteRed como la Aecid coinciden en asegurar que uno de los retos de toda acción de desarrollo es “la continuidad y sostenibilidad de los logros” y esta, precisamente, es la base sobre la que se sustenta el convenio que han firmado ambas partes para trabajar en Filipinas y que plantea “un ambicioso trabajo de desarrollo rural que ha durado más de cuatro años sobre desarrollo integral y sostenible de comunidades rurales de Bicol y Caraga”. Ambas son dos de las regiones más empobrecidas de Filipinas que subsisten, según las mismas fuentes, con la pesca y el cultivo de arroz, maíz y coco.
Por lo visto, son el bajo nivel de ingreso familiar debido a la limitada productividad entendida desde la falta de conocimientos para mejorar sus cosechas y pesca, así como la comercialización de los productos, los principales problemas de estas comunidades que, según indica la ONG, se dedican al 100% a la agricultura y pesca. Sin embargo, mediante el convenio de InteRed con la Aecid, se ha logrado formar a mujeres y hombres en técnicas de agricultura y pesca sostenible que permiten mejorar la calidad de las cosechas y producción de pesca, teniendo en cuenta el equilibrio ecológico de los recursos naturales.
Además, explican desde InteRed, los productos agrícolas se han comercializado a través de asociaciones que han permitido abrir canales de venta formado a líderes campesinos en conceptos básicos de gestión que les permitan sostener sus actividades.
Por otra parte, ambas entidades se han empeñado en trabajar para cambiar este modelo que ha permitido a las mujeres desarrollar su labor agrícola, así como ser reconocidas y elegidas por las comunidades para cargos públicos porque, por lo visto, cuentan desde la ONG y la mencionada agencia estatal que:
En la sociedad rural filipina tradicional existe una distinción entre el papel que corresponde a la mujer y al hombre. A ellas les corresponde principalmente las labores domésticas y un papel secundario en las tareas productivas y políticas; y a los hombres, las posiciones de control y decisión
Los cuatro sectores en los que han trabajado las dos entidades son el de la agricultura, la educación, la reducción de riesgos de desastres naturales y la salud. Respecto a la educación, sector de máximo interés para InteRed, resulta que en estas comunidades empobrecidas de Filipinas es escasa y “la causa y la consecuencia de las penurias económicas”. Por ello, la educación y formación se han reforzado en estos lugares, ya que permite más oportunidades en la vida y mejora la capacidad para comprometer al gobierno en la mejora de los derechos humanos.