
No recordar lo que han desayunado una hora después de hacerlo. No reconocer a un familiar. No saber donde están aunque se encuentren en el sofá de su propia casa. Estos son solo algunos de los síntomas del Alzheimer, sin duda, una enfermedad dura y complicada tanto para quien la ha desarrollado como para su círculo más cercano.
El pasado 21 de septiembre se conmemoró el Día Mundial del Alzheimer pero, ¿realmente se conoce esta patología?; ¿Cómo es el día a día de quienes conviven con dicha enfermedad neurodegenerativa?
Ana Martínez, química médico e investigadora del CSIC nos habla sobre la prevalencia del Alzheimer en España, sobre la importancia de seguir investigando y sobre la vida de los pacientes y sus familiares:
Si hablamos de enfermos, las confederaciones españolas de familiares de Alzheimer recogen unas cifras de unos 800.000 enfermos registrados. Teniendo en cuenta que la tasa de diagnóstico es del 57% todavía queda más de un 40% de afectados sin diagnosticar
No son solo cifras o estadísticas, son personas y, si además de esto tenemos en cuenta que por cada enfermo de Alzheimer hace falta un cuidador que se dedique a él, realmente tendríamos casi tres millones de población española que está afectada directa o indirectamente por esta enfermedad.
Esta alta prevalencia señala a esta enfermedad neurodegenerativa como la más común a nivel mundial y también en nuestro país. ¿La razón? Pues, a pesar de que no exista una tendencia clara, Ana Martínez nos explica que “la alta esperanza de vida hace que cada vez sea más frecuente la aparición de nuevos casos de Alzheimer”, dada la estrecha relación entre la vejez y esta enfermedad.
A medida que vamos aumentando nuestra esperanza de vida media el número de pacientes aumenta de manera exponencial. Si no le ponemos freno pronto, nos vamos a ver ante una sociedad sin recuerdos
Pero, realmente, ¿qué entendemos por Alzheimer? “A la sociedad nos queda hacer dos cosas: por una parte, ser conscientes del problema que tenemos y empatizar con la dolencia de los demás y, por otra, sensibilizarnos con el envejecimiento saludable”.
Quizás, ahora mismo os estáis preguntando qué es esto de envejecer de forma saludable. Pues esta médico químico nos cuenta que este concepto supone “aprender a envejecer cuidándonos, llevando una vida sana, un equilibrio psicosocial y espiritual, hacer ejercicio y, sobre todo, entrenar nuestro cerebro: leer, escribir, hacer crucigramas o sudokus”.
Familiares y pacientes
El Alzheimer no solo afecta al propio paciente. Es una enfermedad en la que el paciente, en muchos casos, se convierte en dependiente de otras personas, ya sean sus familiares más directos o de sus cuidadores. Pero lo cierto es que la persona con Alzheimer necesita de otra.
Por tanto, cuando aparece el primer diagnóstico, el miedo es patente en ambos casos, en el del paciente y en el del familiar. Ana Martínez explica que lo mejor, en un primer momento y después de acudir al profesional médico, sería ir a una asociación “porque están realizando una labor de acompañamiento y asesoramiento esencial y te darán herramientas para poder manejar información sobre la enfermedad o, si eres cuidador, sobre como cuidar al paciente y a ti mismo, que también es muy importante”.
Huir de la ansiedad también es clave para llevar de una forma más eficaz la enfermedad. “La ansiedad es mala para todo, pero en estos casos, este problema ayuda a aumentar la progresión de la muerte neuronal”, declara Martínez.
Proyectos de investigación
La investigación continúa siendo el pilar básico para poder hacer frente a esta enfermedad, encontrar nuevas terapias, nuevos tratamientos que nos lleven a, sino una cura, sí una mejor calidad de vida de los pacientes.
Por ello, Ana Martínez, insiste en “la necesidad de que se apoye económicamente a estos proyectos de investigación porque el entusiasmo no falta, pero los recursos sí”. De hecho, según nos cuenta esta experta en Alzheimer, el Informe Mundial para la enfermedad de Alzheimer 2013 pide a nivel internacional que “todos los gobiernos hagan el esfuerzo de multiplicar por 10 sus inversiones económicas en la investigación de esta enfermedad”.
Es una patología que necesita un equipo multidisciplinar por lo que se necesita un equipo colectivo, y este esfuerzo tiene que venir orquestado por políticas de investigación claras y constantes
La investigadora del CSIC lo tiene claro y nos cuenta que, para ella, el mayor avance del siglo XX ha sido el descubrimiento de la penicilina al contribuir a que la esperanza de la vida media aumentase drásticamente por ello, insiste, en que “la inversión en desarrollo farmacéutico y en nuevos fármacos es muy importante y quizás no se considera porque está detrás la empresa farmacéutica y se cree que es un objeto de beneficio pero, si no ayudamos a la investigación, ninguna farmacéutica sacará medicamentos que curen nuestra salud y, al fin y al cabo, lo que está en juego es nuestra vida”.