
Ya hay más de tres millones de personas en España que viven con menos de 307 euros al mes, es decir, que están en situación de pobreza severa. Esta cifra es el doble de la que se registraba antes de que comenzase la crisis económica. Es uno de los datos más impactantes del VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas, que también advierte de que el proceso de empobrecimiento que vive nuestra sociedad afecta especialmente a las personas y familias más vulnerables.
Nos referimos a las personas con baja intensidad laboral, inmigrantes extracomunitarios, hogares monoparentales o a quienes están sin hogar. El proceso de empobrecimiento al que se refiere Cáritas está relacionado con el descenso de la renta media que se ha registrado en los últimos años.
La desprotección social de las personas y familias más vulnerables se agrava al restringirse, según el informe, las condiciones de acceso a derechos como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia.
Algunos cambios relativos a las políticas sociales, como en el sistema de prestaciones sanitarias y el grado en las coberturas implica, entre otras cuestiones, un aumento del gasto en medicamentos, situaciones de desatención sanitaria, abandono de tratamientos médicos y miedo en los inmigrantes que están en situación irregular.
En el ámbito educativo, según el VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social elaborado por Cáritas, el cambio en la financiación del sistema conlleva un aumento del gasto en educación, el acceso restringido a becas para estudios, la falta de atención a necesidades educativas especiales y situaciones de desigualdad.
Además, los cambios en muchos requerimientos administrativos para el acceso a prestaciones llevan aparejados un aumento de tarifas o nuevas tasas para obtener solicitudes o documentos.
En el capítulo de servicios sociales públicos, el informe de Cáritas constata su difícil adaptación a las nuevas realidades que se dan con esta coyuntura de crisis económica y hace hincapié en los retrasos en la tramitación y el endurecimiento de los requisitos de acceso a servicios o prestaciones. La reducción presupuestaria se suma además como una rémora en este proceso de desprotección.
España lidera el aumento de la desigualdad
En conclusión, los datos de este informe alertan del riesgo de fractura social que, más allá de la coyuntura de la crisis, están suponiendo la consolidación de una nueva estructura social donde crece la espiral de escasez y el espacio de la vulnerabilidad.
El aumento de los parados de larga duración, especialmente en el grupo de personas mayores de 50 años, el elevado nivel de desempleo, la pérdida de capacidad adquisitiva de la población, el debilitamiento de las políticas sociales y el recorte progresivo de los derechos que nos igualaban como ciudadanos son los elementos que configuran un escenario en el que se incrementa la desigualdad en España, con el valor más elevado de toda Europa. Tanto es así, que el 20% de la población más rica concentra 7,5 más riqueza que el 20% más pobre.
Alerta Cáritas en su informe de que asistimos al riesgo de desbordamiento de la familia, que sigue siendo la primera estrategia de supervivencia para hacer frente al impacto de la crisis. De hecho, aunque los primeros efectos de la crisis económica fueron amortiguados por las prestaciones por desempleo y por las familias, el agotamiento de las ayudas y las dificultades familiares crean un caldo de cultivo que favorece la irrupción de una segunda oleada de empobrecimiento y exclusión social con efectos más intensos.
Por último, el informe de Cáritas recoge que desde que se inició la crisis esta organización ha triplicado el número de personas atendidas, hasta alcanzar la cifra de 1.300.914 en 2012. En la misma proporción ha crecido el volumen de recursos destinados a ayudas económicas directas a las familias, hasta sumar 44 millones de euros el pasado año.