
Más del 90% de la población urbana de la Unión Europea vive en lugares que rebasan los límites de contaminación atmosférica que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así figura en el último informe sobre la calidad del aire de la Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema), en el que se han analizado datos desde 2002 y hasta 2011.
Entre las principales conclusiones del informe de Aema subrayamos que los contaminantes más problemáticos para la salud de la población europea son las partículas en suspensión, especialmente las más finas, y el ozono troposférico. Estos dos contaminantes en concreto siguen provocando problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares y reducen la esperanza de vida, según la propia Agencia Europea de Medio Ambiente.
Además, informan de que nuevos datos científicos revelan que la contaminación atmosférica puede resultar nociva para la salud humana incluso en concentraciones inferiores a lo previsto. En palabras de Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la Aema:
La contaminación atmosférica provoca daños a la salud humana y a los ecosistemas. Una gran parte de la población vive en ambientes no saludables, si nos atenemos a los criterios en vigor. Para ser sostenible, Europa debe mostrarse ambiciosa e imponer requisitos legislativos más estrictos
El informe revela, del mismo modo, que la contaminación no se circunscribe solo a las ciudades, sino que también alcanza valores elevados en determinadas zonas rurales.
Pero como incluso de las malas noticias a veces se puede sacar alguna lectura positiva, terminamos este post contando que se han registrado resultados favorables en materia de reducción de las emisiones de contaminantes atmosféricos. En concreto, se han reducido las emisiones de dióxido de azufre de las centrales eléctricas, del sector industrial y del transporte en la última década.
En esta línea de resultados positivos, la gradual sustitución de la gasolina con plomo ha hecho posible la reducción en las concentraciones de este metal, que afecta al desarrollo neurológico.