El trabajo de Lancy Dodem por mantener vivo el sueño de Vicente Ferrer

Lancy Dodem es el primer apadrinado de la Fundación Vicente Ferrer
Foto: Juan Alonso/ FVF

No sabe de dónde viene su nombre, Lancy, pero le gusta pensar que es el resultado de la unión de las palabras inglesas ‘land‘ y ‘sea‘ (tierra y mar). Lo que sí sabe es que su vida en Anantapur (India) como integrante de la casta más baja de la escala social, los ‘dálits’ o intocables, hubiera sido muy diferente si no se hubiesen cruzado en su camino Vicente y Anna Ferrer quienes, tras la muerte de su padre, lo acogieron bajo su protección. Por eso, se dice que Lancy es el primer niño apadrinado de la Fundación Vicente Ferrer. Hoy, trabaja sin descanso para erradicar la pobreza y conseguir un mundo mejor.

En  su libro ‘Mi viaje al norte’, relata su viaje de Anantapur a Barcelona, de Oriente a Occidente. ¿Hay un abismo que separa ambas partes del mundo?

Sí, hay mucha diferencia entre Oriente y Occidente. Aquí todo es necesario, en India con poco se vive. Aquí se vive para construir el futuro, allí se vive el día a día; el presente.

Al llegar aquí me sorprendió ver cómo gente que tenía muchas cosas no era capaz de sonreir. Yo venía de un lugar donde la gente no tenía nada pero sonreía

En Europa vives en un piso, muchas veces no conoces ni a los vecinos. La vida se vive rápido. En India la gente vive en comunidad, nunca estás solo. Todo es comunitario, se vive despacio.

¿Se para muchas veces a pensar cómo es su vida ahora y cómo hubiera sido si Vicente Ferrer no se hubiera cruzado en su camino?

La verdad es que no. Sé que he podido cambiar, eso es así y con eso vivo. Si Vicente no se hubiese cruzado en mi camino se hubiese cumplido el sistema de las castas: los hijos hacen el trabajo de sus padres. Yo estaría trabajando como albañil o como agricultor. Vicente me ha ayudado y yo he aprendido que cuando hay una oportunidad hay que saber aprovecharla. Gracias a la Fundación Vicente Ferrer hay muchos niños que tienen una oportunidad y son dueños de su propio futuro.

Su vida junto a Vicente Ferrer

Ahora que la figura de Vicente Ferrer está tan de actualidad y tanta gente habla de él, ¿qué recuerda el primer niño apadrinado por él y su mujer?

Vicente Ferrer era un hombre que transmitía seguridad. A su lado me sentía una persona afortunada aunque había nacido en una familia pobre. Sentía que no tenía que tener miedo a lo que iba a pasar. Era un hombre que transmitía sin hablar. Llenaba el espacio con su presencia, podía pasar horas sentado a su lado sin que ninguno de los dos dijera nada. Vicente físicamente no está, pero yo lo siento muy cerca de mí.

Cuenta también que este hombre le enseñó todo aquello que no se puede enseñar, como a trabajar para hacer realidad el sueño de erradicar el hambre. ¿Con qué momento se queda de todos los que vivió con él?

Si tuviese que elegir un momento, me quedaría con el día que lo vi por última vez. Él estaba en el hospital, yo me tenía que ir y fui a despedirme. No hablaba, había sufrido una embolia pero me miró y con su mirada entendí que tenía que seguir su camino. Nunca olvidaré esa mirada.

Vicente era un hombre de acción. Recibía los problemas con una sonrisa. Eso te ayudaba a luchar para crecer y creer que todo es posible

Anna Ferrer ha dicho recientemente que para Vicente Ferrer ‘la clave de la felicidad está en el equilibrio espiritual de quererse a sí mismo y amar a los demás’. ¿Coincide en que esa podría ser la definición universal de la felicidad?

Cada uno tiene su forma de buscar la felicidad, no creo en las definiciones universales. Creo que la mayor felicidad se encuentra compartiendo, pensando en los demás y sirviendo la mejor parte de ti. Hacia tu pareja, hacia tus hijos, hacia las personas necesitadas. Tienes que dar tu mejor parte a las personas que te rodean. Estoy de acuerdo con Anna en que para dar tú, primero tienes que estar bien y quererte a ti mismo.

Lancy trabaja actualmente en la sede de la FVF en Barcelona
Foto: Yolanda Ferrer/ FVF

La fórmula del apadrinamiento

La Fundación ha hecho posible que dos millones y medio de personas hayan salido de la pobreza extrema y que se hayan construido hospitales que han atendido a más de cuatro millones de personas con una fórmula muy eficaz: el apadrinamiento. ¿Qué les diría a esas personas que no confían en este sistema?

Cuando sales de casa y encuentras a un pobre, puedes ayudarlo. Si quieres ir más allá tus brazos no llegan. Para eso están las ONG. Son muchas y trabajan de distintas maneras. Algunas no lo han hecho bien, otras están trabajando mucho. Ahora tenemos la oportunidad de elegir con qué organización queremos colaborar. La Fundación Vicente Ferrer permite a sus padrinos y colaboradores conocer los resultados de su solidaridad, viajar al terreno y saber de primera mano qué se está haciendo con su dinero.

Vicente Ferrer siempre decía que él no iba a la India a enseñarles a los indios nada que no supieran, iba a ayudarles a salir de la pobreza. ¿Ese es el secreto del éxito de la organización?

Estoy de acuerdo con él. El éxito de la FVF radica en que Vicente Ferrer ha estado en el terreno, ha ejercido de líder y ha formado a otros líderes que somos responsables de nuestros proyectos y de nuestras necesidades. Por eso ha conseguido que los directores y los trabajadores compartan la misma idea y lleven el proyecto adelante.

¿Qué ha supuesto la Fundación para la vida de los ‘dálits, la casta más baja y también conocidos como ‘intocables’?

Un dálit que nunca había soñado que sus hijos podían ir a la escuela tiene un hijo médico o profesor. Un niño ciego puede escribir en braille. Los campesinos dálits pueden trabajar en sus propios terrenos en una zona que tenía que haber sido desértica. Las mujeres dálits pueden vivir en casas inscritas a su nombre. Todas estas cosas y muchas más son el resultado del trabajo de la FVF con los intocables

Lancy Dodem trabaja para erradicar la pobreza desde la FVF
Foto: Juan Alonso/ FVF

La discapacidad y las mujeres como prioridad

La Fundación cuenta con programas para mejorar la vida de personas con discapacidad. ¿Por qué para la Fundación son un colectivo prioritario?

Las personas con discapacidad tenían peor consideración que los intocables porque eran rechazados por sus propias familias y colectivos. Por eso la FVF se propuso como acción prioritaria trabajar con los niños con discapacidad. Son personas que necesitan un apoyo y la FVF se lo ha dado.

Las mujeres son, según la FVF, la fuerza del cambio en la India, y también foco prioritario de las actuaciones de la organización, ¿no es así?

Sí, es así. Si un hombre estudia sólo piensa en él, en su futuro, en sus cosas. Si una mujer estudia piensa en su familia, comparte. Si un hombre gana un euro piensa en gastarlo él; si una mujer gana un euro busca cómo invertirlo en su familia. La FVF lucha con las mujeres porque en India las mujeres nacen discriminadas. Lucha por su educación y al mismo tiempo sabe que si les dan una oportunidad pueden trabajar como un hombre.

Las mujeres tienen una visión hacia los demás y por eso es importante ayudarlas

Cuenta que su sueño es continuar el de Vicente Ferrer, que era ayudar a mejorar la vida de los demás. Sigue por tanto la tradición india de que ‘los niños nacen para cumplir el sueño de los padres’. ¿Ese el mejor tributo que puede hacerle a Vicente Ferrer?

Lo que yo he recibido de Vicente Ferrer me ha permitido ser lo que soy. Por ello quiero trabajar cien por cien en conseguir su sueño de erradicar la pobreza. Además a mi me encanta este trabajo. Y no soy sólo yo, hay miles de trabajadores en India y de colaboradores en España que comparten su mismo sueño.

Si queremos que Vicente siga vivo tenemos que mantener vivas sus ideas, sus acciones. Era su sueño, ahora es nuestro sueño y juntos tenemos que luchar para que la FVF siga adelante y consiga un mundo mejor