Presentar niveles de ácido úrico bajos puede ser un factor de riesgo para desarrollar Parkinson

Profesionales del Instituto de Biomedicina de Sevilla
Foto: Instituto de Biomedicina de Sevilla

Expertos de la Universidad de Sevilla, del Hospital Universitario Virgen del Rocío y del Instituto de Biomedicina de Sevilla, pertenecientes al grupo de investigación de Trastornos del Movimiento, han realizado un estudio en el que se establece una relación directa entre presentar niveles de ácido úrico bajo, los factores genéticos asociados a estos niveles, y el riesgo de desarrollar Parkinson.

Esta tesis es fruto de años de investigación encaminada a predecir la respuesta al tratamiento en función del perfil genético de los pacientes para poder seleccionar el más adecuado y evitar posibles efectos secundarios. Y es que, para conseguir una medicina personalizada previamente se han de conocer los factores genéticos que predisponen al desarrollo de esos efectos secundarios.

Durante los últimos años este grupo, coordinado por el doctor en Medicina Pablo Mir, ha logrado describir numerosos genes relacionados con los trastornos del movimiento gracias al estudio de la relación entre las funciones del organismo y sus posibles alteraciones. Esta línea de investigación les ha llevado a liderar un estudio multicéntrico en el que participan especialistas de Andalucía, Madrid y Valencia sobre los factores genéticos relacionados con otros trastornos del movimiento como la distonía.

También en esta línea, el equipo que lidera Mir ha estudiado el síndrome de Tourette a través de varios proyectos internacionales en los que tratan de describir los factores genéticos y ambientales que influyen en el desarrollo de estos trastornos del movimiento provocando tics.

Paralelamente, este grupo está llevando a cabo una investigación basada en la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) con la que pretende evaluar el papel de distintas áreas cerebrales en la fisiopatología del Parkinson y otros trastornos del movimiento. Gracias a ello han podido encontrar diferencias entre la distonía primaria, producida por factores genéticos o desconocidos, y la distonía secundaria, provocada por daños cerebrales, conocimiento que podría servir para optimizar los tratamientos y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Asimismo, estos investigadores están aplicando nuevas terapias avanzadas en el tratamiento de los trastornos del movimiento como la cirugía funcional con estimulación cerebral profunda o la infusión continuada de fármacos que permiten disminuir las fluctuaciones que presentan los pacientes con enfermedad de Parkinson avanzada. De este modo, los pacientes podrán disfrutar de un estado de bienestar prolongado sin necesidad de tomar medicación cada poco tiempo para mantener el efecto del tratamiento.