
¿Sabíais que en la actualidad cerca de 600 especies de aves se encuentran en peligro de extinción debido a las presiones del desarrollo humano y a los cambios ambientales? Así lo confirma un estudio dirigido por la Universidad de Yale, en Estados Unidos, en el que se han tenido en cuenta a casi 10.000 especies.
En sus conclusiones, el informe propone priorizar la conservación de especies en peligro de extinción por su diferenciación evolutiva para así conservar la máxima cantidad de información genética del conjunto de aves.
Pero, ¿qué es una especie evolutivamente distinta? Pues es aquella que se encuentra aislada en el árbol de la vida, como el guácharo sudamericano – especie que ha evolucionado durante casi 80 millones de años de forma separada a cualquier otra ave del planeta – el picozapato y las chotacabras.
La diferenciación evolutiva se mide como los millones de años de historia evolutiva durante los que una especie contribuiría al árbol de la vida en el futuro, por lo que asegurar la preservación de las especies más distintivas evolutivamente es una forma eficiente de preservar la biodiversidad, según los expertos.
¿Os preguntáis por qué ‘cuidar’ esta diferencia evolutiva es tan importante? Pues David Redding, del University College de Londres y coautor del estudio, nos lo deja claro con un simple ejemplo:
Solo hay un cerdo hormiguero y son evolutivamente únicos. Si una especie de ratón se extinguiese, la información genética para ‘ratón’ permanecería en otras especies. Si el cerdo hormiguero llegara a extinguirse, toda la información sobre esta especie se perdería para siempre
En conclusión, el estudio estadounidense hace hincapié en la necesidad de proteger a estas especies que pueden ser claves a la hora de conservar la biodiversidad.
Quizás ayudar a su preservación es más fácil de lo que nos parece porque, como sabréis, con pequeños cambios se consiguen importantes avances. Actuad de forma sostenible, el medio ambiente os lo agradecerá.