
En Etiopía hay 15 millones de niños, adultos y personas de edad avanzada con discapacidad, lo que supone el 17,6% de su población total. Así lo dice el Informe Mundial sobre Discapacidad que elaboran el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lo que no explica este documento es que la pobreza del país es, en gran medida, causante de las discapacidades que marginan hasta casi anular a quienes conviven con ellas: ceguera y otras enfermedades de la vista producidas por la falta de higiene y la malnutrición, amputaciones por las minas antipersonal, poliomielitis o accidentes laborales.
Hoy viajamos con nuestra imagen de la semana a Mekenisa, uno de los barrios más pobres de la ciudad etíope de Addis Abeba, donde la Asociación SALU (Self Help Blind and Handicapped Association), con la ayuda de Manos Unidas, trabaja para eliminar las barreras que aíslan a las personas con discapacidad.
La peor barrera para la persona con discapacidad es el no creerse capaz
Con esta firme convicción en 1996 Wondimu Asfaw, que es invidente, comenzó a trabajar con un grupo de personas con diferentes discapacidades hasta fundar la Asociación, que se dedica a prestar apoyo social y a impartir formación a cientos de personas con discapacidad de Addis Abeba.
En el centro de SALU se imparten cursos de confección de escobas y cepillos, de artículos de madera y metal, de cestería, de prendas de punto y costura, de cría de gallinas y otros animales.
Con la formación que han recibido, muchas de las personas con discapacidad que han pasado por estas instalaciones han puesto en marcha su propio negocio y hoy pueden mantener a sus familias con los ingresos que generan.
Además, se han realizado talleres de sensibilización dirigidos a la comunidad local con el objetivo de promocionar la dignidad y el reconocimiento de la valía de las personas con discapacidad.
Os dejamos con una galería fotográfica para conocer cómo se trabaja en la Asociación SALU para capacitar a las personas con discapacidad: