
Un grupo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rushmore, en Chicago, Illinois, Estados Unidos, ha realizado un nuevo estudio sobre la relación entre la demencia y la depresión.
El informe se publicó en la edición digital de la revista Neurology y demuestra que la vinculación entre depresión y demencia es independiente de los cambios cerebrales relacionados con ésta. Robert S. Wilson, neuropsiquiatra en el Centro de la Enfermedad de Alzheimer Rush y el autor principal del estudio, afirma que:
Los estudios han demostrado que las personas con síntomas de depresión son más propensas a desarrollar demencia, pero no se ha sabido cómo funciona esta relación
Para la realización de este trabajo participaron 1.764 personas mayores de 77 años, pertenecientes al Religious Orders Study y al Rush Memory and Aging Project. Al comienzo de las pruebas ninguno de los voluntarios tenía problemas de deterioro cognitivo o demencia.
Los médicos acompañaron y estudiaron a los pacientes cada año, para detectar síntomas de depresión, tales como soledad o falta de apetito, e hicieron pruebas de sus habilidades de pensamiento y de memoria durante un periodo de ocho años.
Al final de la investigación se comprobó que un total de 680 personas murieron durante el proceso y en 582 de ellos se realizaron autopsias para buscar las placas de proteína beta amiloide y los ovillos neurofibrilares en el cerebro, signos de demencia y otras huellas de daño cerebral.
A lo largo del estudio, 922 personas, es decir el 52% de los participantes, desarrollaron deterioro cognitivo leve o problemas leves de memoria y habilidades de pensamiento, síntomas frecuentes de Alzheimer. El 18%, esto es 315 personas, desarrollaron demencia.
Así, las personas que desarrollaron deterioro cognitivo leve presentaban también una mayor probabilidad de presentar un elevado nivel de síntomas de depresión antes de que fueran diagnosticadas, pero tras el diagnóstico el número de síntomas de depresión en aquellos que tenían deterioro cognitivo leve y en quienes no.
Por otra parte, los participantes del estudio con demencia presentaban una mayor probabilidad de tener más síntomas de depresión antes de que comenzara la demencia. Sin embargo, una vez aparece la demencia, los síntomas de depresión disminuían más rápidamente. Este desarrollo se asoció a una disminución rápida de las habilidades de pensamiento y memoria como explica el investigador Robert Wilson:
Nuestros resultados son muy interesantes porque sugieren que la depresión realmente es un factor de riesgo para la demencia y si podemos atacar y prevenir o tratar la depresión y las causas de estrés, puede tener potencial para ayudar a las personas a mantener su pensamiento y habilidades de memoria en la vejez