Seguimos con los consejos de los ‘Cuadernos prácticos sobre la enfermedad del Azheimer‘, editados por la Obra Social Caja Madrid y la Asociación Afal Contigo. Esta vez queríamos hablarte sobre las formas de comunicación que se pueden utilizar con un enfermo de Alzheimer.
Te damos algunos trucos para mejorarla, ya que algunos pequeños detalles muy simples pueden cambiar mucho la forma de entenderte con el enfermo. Por ejemplo, si hablamos a la persona enferma de Alzheimer con prisas o gritándole puede entender que estamos enfadados y reaccionar negativamente. Es muy importante que estemos tranquilos, sin prisas y que utilicemos un tono de voz suave y pausado.
Nuestras preguntas deben ser sencillas y cerradas para que puedan responder con una simple palabra «sí» o «no», por ejemplo: «¿Quieres sopa?», «¿salimos a pasear?», «¿vamos al baño?», etc.
Siempre debemos darle tiempo a responder, sin atosigarle ni presionarle. Y por supuesto, tener en cuenta que es una persona, que ha vivido toda una vida seguramente llena de hermosas experiencias, y aunque su manera de
expresarse sea como la de un niño, sigue siendo una persona adulta, pero enferma de demencia a la que debemos tratar como a un adulto.
Hay que procurar evitar el tono paternalista y sobreprotector, ya que suelen
causar sentimientos de inutilidad y frustración. Otra cosa: cuando se pierda en mitad de una frase debemos dejarle tiempo para que la termine, repitiéndole las últimas palabras que ha dicho para ayudarle a retomar la conversación. Si vemos que no es capaz, cambiaremos de tema para evitarle frustraciones.
Si lo que dice no tiene sentido, no debemos enfadarnos, sólo cambiar de conversación o seguirle la corriente teniendo cuidado de no entablar una conversación ilógica.
Comunicación no verbal
En nuestro tiempo cada vez tienen más importancia los sistemas de comunicación no verbal. Ésta se realiza a través de multitud de signos de gran variedad: imágenes sensoriales (visuales, auditivas, olfativas…), sonidos, gestos, movimientos corporales, etc.
La comunicación no verbal es muy importante, y el enfermo de Alzheimer
puede captarla fácilmente. En todo momento intentaremos proporcionarle
tranquilidad, ya que si estamos nerviosos, puede percibirlo y reaccionar negativamente.
Es importante utilizar con la persona enferma el lenguaje corporal, como puede ser cogerle con nuestras manos para darle seguridad, tocándole y acariciándole o acompañándole en su movimiento de sujeción del cubierto o vaso para tomar agua. A través de nuestros dedos podemos expresarle cariño, ayuda, y comprensión y él ser capaz de percibirlo incluso cuando ya no es capaz de contestarnos por medio de palabras.
Siempre le sonreiremos y miraremos a los ojos, y en numerosas ocasiones
podremos conseguir que realice determinadas cosas si nosotros las hacemos
con él, por ejemplo, lavarnos las manos, recoger la mesa, comer, etc. Si gesticulamos con movimientos muy bruscos o rápidos es posible que él se asuste, por lo que debemos realizarlos con mucha delicadeza.
Conforme va avanzando la enfermedad, el deterioro de la persona enferma de Alzheimer va haciéndose más palpable, dificultando cada vez más tanto sus formas de expresión como de comprensión hasta llegar un momento en que puede perderse hasta la capacidad de hablar. Pero incluso si llega ese momento, el enfermo va a captar y agradecer nuestras muestras de cariño, cercanía y atención como cuidadores, porque la comunicación a través de nuestros cuidados es también una muestra de cariño, afecto y amor.