Los insectos son de las especies que más están notando los efectos del cambio climático. El ser uno de los primeros eslabones de la cadena alimenticia desgraciadamente también les está influyendo para caer con facilidad, y además, quizá con menos repercusión que otros animales como los mamíferos.
Pero no podemos olvidar que estos pequeños insectos son igual o más importantes para el ecosistema que cualquier especie. Me preocupa especialmente lo que se acaba de advertir en la Comisión Europea.
Según la institución el 9% de las mariposas, el 11% de los escarabajos que viven de la madera en descomposición y el 14% de las libélulas corren peligro de extinción en Europa a causa de la pérdida de hábitats y los efectos del cambio climático.
Según ha advertido la Comisión Europea, algunas de estas especies están tan amenazadas que corren el riesgo de extinguirse en todo el mundo, por lo que se han incluido en la última lista roja actualizada de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Para el comisario de Medio Ambiente de la UE, Janez Potocnik:
«Se trata de un declive preocupante. El futuro de la naturaleza es el nuestro y, si peligra, peligraremos también».
Casi un tercio (31%) de las 435 especies de mariposas de Europa tienen poblaciones en declive y el 9% corre peligro de extinción. La mariposa ‘Pieris wollastoni’ de la isla de Madeira, por ejemplo, está en peligro crítico. La Comisión alerta de que incluso podría haberse extinguido ya, puesto que nadie la ha visto desde hace 20 años como mínimo.
Un tercio de las mariposas de Europa (142 especies) no se encuentra en ninguna otra parte del mundo y 22 de ellas (15%) corre peligro de desaparecer.
En cuanto a los escarabajos, el 11% (46 especies) corre el peligro de extinguirse en el continente y el 7% (29) puede desaparecer en todo el mundo. Otro 13% (56 especies) se considera casi amenazado en Europa. Además, el 14% de las 130 especies de libélula evaluadas corre peligro, y cinco de ellas se encuentran amenazadas de extinción en todo el mundo. Los veranos cada vez más cálidos y secos combinados con una mayor extracción de agua para beber y regar hacen secarse los humedales donde viven.