
Más allá del mito de que solo sirve para salir y pasárselo bien en un país distinto al tuyo, lo cierto es que el programa de becas Erasmus lleva formando a jóvenes europeos desde hace casi 30 años.
Este Plan de Acción, se creó en un principio para fomentar la el carácter europeo de la enseñanza superior y facilitar la movilidad académica de estudiantes y profesores de los países de la Unión, pero hoy en día su dimensión es mucho mayor.
El Erasmus ‘obliga’ a quien lo realiza a desenvolverse en un entorno diferente al que ya conoce y a realizar sus estudios en una lengua que, en el caso de los españoles, no es la materna. Indudablemente, en el aspecto académico es muy beneficioso porque se aprende a expresar opiniones, a argumentar y se adquieren conocimientos específicos sobre tu carrera en otro idioma y esto se valora además a la hora de buscar trabajo. Además, en el aspecto personal, todos los que la realizan lo definen como una experiencia inolvidable.
Os he contado todo esto porque hace pocos días el portavoz de Presupuestos de la Comisión Europea, Patrizio Fiorilli, anunció que la UE está a punto de quedarse sin fondos para financiar los programas de intercambio europeo de estudiantes. Además, el Parlamento Europeo sacó un comunicado de prensa en el que advertía que “La falta de financiación pone en peligro programas europeos como Erasmus”.
“Erasmus es uno de los programas que se queda corto de dinero. Hay muchos otros”
Aunque la mayor parte de las ayudas a alumnos del periodo enero-septiembre ya se han pagado, para el resto del año solo se ha cubierto un 70% de las mismas. El Ejecutivo comunitario aseguró que “la falta de fondos no es una sorpresa” y que cuando se aprobó el presupuesto para 2012 “ya se avisó de que no habría dinero suficiente”.
España es uno de los países más afectados por este recorte, de hecho, el eurodiputado democristiano francés Alain Lamassoure aventuró que España podría perder hasta 900 millones de euros este año, aunque la Comisión ha negado estas cifras.
El Ejecutivo europeo presentará próximamente un presupuesto rectificativo que deberán cumplir todas las capitales de la eurozona para evitar caer en ‘suspensión de pagos’.