Con las caras largas se quedaron los industriales australianos tras la decisión del gobierno de ese país, de continuar con su plan de lucha contra el cambio climático, para la cual habían solicitado una prórroga, debido a la crisis económica.
El Gobierno australiano ha anunciado que se gravarán las emisiones de Co2 de la industria a partir de 2010.
La ministra del Cambio Climático Penny Wong señaló al hacer el anuncio:
«Cuanto más retrasemos esta transformación económica, más alto será el precio que pagaremos por ello. Estamos decididos a actuar desde una perspectiva razonable e implementar las medidas para contribuir a la lucha contra el cambio climático, por primera vez en la historia de este país».
Se calcula que en Australia, las tres cuartas partes de las 25.000 toneladas de dióxido de carbono que libera anualmente a la atmósfera, provienen de unas mil empresas de carbón, electricidad, gas, petróleo y tratamiento de residuos, que han manifestado se encuentran debilitadas por la crisis, para financiar la tecnología necesaria para adaptarse al plan.