La imagen de la semana: 1.000 plantas para estudiar la evolución de las especies

Morning glory flower
Foto: CSIC

En comparación con otros organismos, el genoma de las plantas es desproporcionadamente grande. Mientras el ADN humano contiene algo más de 3.000 millones de pares de bases, el de cualquier pino tiene alrededor de 20.000 millones. Este es uno de los datos que se extrae del proyecto ‘1.000 plantas’, que propone cambios en la clasificación vegetal.

El estudio ha sido publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS) y es fruto del trabajo de un consorcio internacional de investigadores, entre ellos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En concreto, han evaluado las hipótesis clásicas de clasificación de las plantas mediante el estudio de 11 genomas y 92 transcriptomas (conjunto de genes que se están expresando en un momento dado en una célula) en plantas.

¿Qué significa esto? Pues ni más ni menos que la generación de un conjunto de datos de 852 genes nucleares, el más grande de este tipo generado hasta la fecha en plantas. Y según los investigadores, el procesamiento de estos macrodatos ofrece una nueva base para estudiar la evolución vegetal.

Como curiosidad, esta gran matriz de datos ha permitido ver que, contra la hipótesis más aceptada hasta ahora, existe un estrecho parentesco entre las plantas terrestres y un grupo de algas verdes llamadas algas conjugadas.

Además, se han descubierto importantes pistas sobre el proceso de divergencia de los linajes de las plantas terrestres. Según los nuevos datos, las plantas hepáticas son el grupo hermano de los musgos y no del resto de plantas con flores, como se creía hasta hoy.

Os dejamos con una galería fotográfica en la que podéis observar varias de las especies vegetales que se han analizado para este proyecto: