La tierra arrasada por una ola gigante de CO2

Foto: Greenpeace/Karol Grygoruk
Foto: Greenpeace/Karol Grygoruk

Es una advertencia, una premonición, y la descripción de la escultura que ha plantado Greenpeace en Poznan (Polonia) frente al lugar donde se celebra la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático.

Con tres metros de altura, la imagen, obra del artista alemán Ruut Evers, permanecerá expuesta a lo largo de las dos semanas que dura la cumbre (del 2 de diciembre hasta el 12) para recordar a los representantes políticos, y a los viandantes, que «el tiempo para salvar el clima se está agotando».

La organización ecologista muestra a la tierra al borde de la destrucción a causa de una una gran ola de madera y carbón, que representan las emisiones de dióxido de carbono. Su intención es avisar a los gobiernos de la fragilidad del planeta ante el cambio climático y les pide que «que se tomen en serio la necesidad de actuar urgentemente» para evitar los «efectos catastróficos» del calentamiento global.

«Estamos ante un momento decisivo y disponemos de la información y herramientas necesarias para hacer frente a la crisis climática, por lo que no podemos permitirnos llegar tarde ni adoptar falsas soluciones como la captura y almacenamiento de carbono o la energía nuclear»,

declara Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.
  
Para la organización, los gobiernos reunidos en Poznan deben alcanzar el compromiso de que sus emisiones de CO2 dejen de crecer para 2015 y acordar un borrador de texto que sirva de base para empezar las negociaciones con vistas a la próxima reunión de Copenhage (Dinamarca) de 2009 –en la que se acordará el protocolo que sustituya a Kioto-.