
Ha costado pero tanto esfuerzo por fin ha dado sus frutos. Tras más de 10 años de negociaciones, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de Naciones Unidas (OMPI) hará una excepción en los derechos de autor para facilitar el acceso a la lectura a las personas ciegas.
Este acuerdo supone un gran paso hacia la integración de las personas con discapacidad visual ya que, de ahora en adelante, se abren nuevas facilidades para el intercambio y acceso a la cultura, la educación, la información o el empleo de este colectivo.
Este tratado internacional, cuyo texto definitivo se ha firmado en Marruecos, se ha logrado tras un largo periodo de negociaciones, en las que la ONCE ha participado desde su inicio, impulsando el libre intercambio en todos los puntos del mundo.
La ONCE ha jugado un importante papel de representación en la reunión celebrada en Marrakech, donde impulsó y mantuvo reuniones para lograr este hecho ‘histórico’ para las personas ciegas de todo el mundo.
La ONCE muestra su ‘satisfacción’ y lo califica como ‘muy buena noticia’ y es que no es para menos. Este acuerdo supone que más de 300 millones de personas con discapacidad visual en el mundo, la mayoría en países en desarrollo, podrán por fin acceder a más del 90% de los títulos que, hasta ahora, les estaban prácticamente vetados en formatos accesibles. Además, también beneficiará a personas con problemas de movilidad.
El director general de la OMPI, Francis Gurry, ha reconocido ya que el nuevo tratado se ha logrado por el impulso de muchas organizaciones de personas ciegas, entre las que tuvo un papel fundamental la ONCE, para demostrar que se trataba de una necesidad real de las personas ciegas:
Es muy bueno para la OMPI, para la propiedad intelectual, para el sistema multilateral, pero sobre todo, para las personas deficientes visuales
Pero ¿qué supone realmente la firma de este tratado? Con este acuerdo, se permite el envío de libros accesibles de persona a persona sin pasar por las organizaciones de ciegos o por los permisos de los editores, siempre bajo la premisa de una reconocida y aceptada excepción de los derechos de autor.
En resumen, los más de 300 millones de personas ciegas que hay en todo el mundo podrán intercambiar libros accesibles sin incurrir en delitos relacionados con los derechos de autor. Es decir, se ha conseguido la eliminación de una importante barrera en el camino hacia la igualdad e integración de las personas con discapacidad visual.