La Comisión Europea ha prohibido recientemente la utilización de tres plaguicidas comúnmente utilizados en la siembra de maíz, colza, algozón y girasol. Esto se debe a la masiva muerte de abejas a causa de lo tóxico que han resultado dichos neonicotinoides, según han advertido estudios científicos.
Actualmente, existen al menos 20.000 especies de abejas en el mundo, uno de los insectos que, como asegura Greenpeace, mayor responsabilidad tiene en el proceso de polinización, por el que las plantas son fecundadas, produciendo así semillas y frutos, es decir, alimentos, muchos de ellos de los que consumimos a diario.
Se trata de un ser vivo con un papel fundamental en el desarrollo de la vida, al que más de una vez se le ha apreciado como la “especie más valiosa”. Por ello, la enorme y progresiva desaparición de abejas en el mundo es un tema que tiene preocupados a los expertos desde hace ya bastante tiempo. Preocupación que esta noticia logra disipar un poco, al tiempo que mantiene viva la defensa de estas especies.
La prohibición surge de un informe de Agencia Europea de Seguridad Alimentaria que dio lugar a poner en marcha el principio de precaución. Los datos sostenían que determinados pesticidas fabricados por empresas de la industria química provocaban parálisis en los insectos, atacando su sistema nervioso e incluso provocándoles la muerte. Sin embargo, dejaba claro que no supone un riesgo para nuestra salud, para la humana.
Recientemente, los Estados miembros de la Unión Europea dieron su opinión acerca de lo propuesto por Bruselas, pero no consiguieron una mayoría suficiente a favor o en contra de la iniciativa. Por esta razón, quedaba en manos de la Comisión decidir si adoptar o no la restricción.
Ese mismo día, el comisario europeo de Sanidad, Tonio Borg, recordaba lo siguiente:
Las abejas son vitales para nuestro ecosistema
Esto último es porque, como ya hemos dicho, favorecen la polinización y contribuyen anualmente, según datos oficiales, en una cifra de 22.000 millones de euros a la agricultura.
Sin duda, para mantener cada uno de los eslabones que conforman la biodiversidad es de vital importancia conocer la necesidad de la existencia y conexión entre los diversos ecosistemas y especies, entre otros. Si uno fallase, tendría enormes consecuencias en la cadena, en nuestras propias vidas, aunque a veces no seamos conscientes.