Las personas de etnia gitana piden a Europa que defienda sus derechos

Mujer de etnia gitanaEn Bruselas se ha escuchado recientemente la voz de la población de etnia gitana, que ha hecho llegar a la Unión Europea su preocupación ante las situaciones de ‘antigitanismo, romafobia e intolerancia’ que se están produciendo en diferentes lugares de Europa.

Una comisión de asociaciones gitanas y de solidaridad ha elaborado un manifiesto titulado ‘Europa somos tod@s: ¡También gitana!’ con el que insta a las instituciones y europarlamentarios a que el ‘pueblo gitano’ esté en la agenda de los próximos comicios electorales para la defensa de sus derechos y que se organice un encuentro que recoja los principales problemas de discriminación, racismo y delitos de odio que sufre el pueblo gitano y el papel de las instituciones, los medios de comunicación y entidades de solidaridad con esta etnia.

La comisión está compuesta por representantes de las asociaciones Unión Romaní, Movimiento contra la Intolerancia, Mujeres Gitanas Romí Serseni, Mujeres Gitanas Alboreá, Mujeres Feministas Gitanas, Fundación ROM, Expresión Gitana, Casa de Paz, Yeli yeli, Barro, Memoria del Holocausto Gitano y la Red Artemisa.

Según el documento, en el viejo continente se están produciendo ‘incidentes agresivos y detenciones impulsadas por un discurso institucional hacia el pueblo gitano que promueve una nueva ola de racismo, practicada desde las propias autoridades públicas’.

Un ‘tsunami de intolerancia’

Se calcula que en Europa viven 12 millones de gitanos que, según las asociaciones firmantes, sufren un ‘tsunami de intolerancia’ con el que se está ‘mutilando’ el espíritu de ciudadanía, la igualdad, la libertad, la justicia y la solidaridad.

En concreto, la petición exige que Leonarda Dibrani, la adolescente gitana expulsada de Francia, donde estaba escolarizada desde hace años, regrese con su familia a Francia, ‘y que jamás se vuelva a repetir esta crueldad salvaje’, y solicita la dimisión del ministro del Interior Francés, Manuel Valls.

Asimismo, las organizaciones firmantes exigen a los dirigentes europeos ‘que condenen, persigan y castiguen aquellos actos que están quebrando el proyecto democrático europeo, alimentando el odio entre los seres humanos y creando fronteras culturales’, y que los Estados pongan en marcha medidas ‘contundentes’ contra el avance de la intolerancia.