
Miguel Ortega está al frente de Feaps Extremadura desde hace dos años. El pasado mes de mayo recibió, de manos de la infanta Elena, un importante reconocimiento a la entidad que preside: la Medalla de Oro de Cruz Roja Española. Una distinción, a la labor y pelea diarias, durante más de 30 años, de personas con discapacidad, familiares, voluntarios, profesionales y dirigentes del movimiento asociativo en favor de los derechos sociales del colectivo. Derechos como al trabajo, a la vivienda, a la autonomía personal o a la autodeterminación que, a veces, no se le reconocen a la persona con discapacidad intelectual.
Al respecto hemos hablado con Miguel Ortega que, aunque admite que queda mucho por hacer y mucho trabajo por delante, se declara optimista: “Quiero ver que las futuras generaciones lo van a conseguir, pues la sociedad está cambiando”.
Acaban de recibir la Medalla de Oro de Cruz Roja Española por su labor en favor de las personas con discapacidad. ¿Qué supone para ustedes este espaldarazo a su trabajo de años por la integración del colectivo?
Casi soy un recién llegado a este cargo, pues tan sólo llevo 2 años, pero esta medalla supone un reconocimiento a la labor que se hace, y que se ha hecho desde hace más de 30 años, en favor de las personas con discapacidad intelectual. En este recorrido hay momentos de dudas, de mucho trabajo y poco reconocimiento, donde los resultados se ven a largo plazo y donde siempre hay cosas por hacer. Pero, que una ONG de la entidad de Cruz Roja, te reconozca a nivel nacional ante tanta organización, te anima a seguir en la brecha, a luchar por los derechos sociales de las personas con discapacidad intelectual.
¿Qué destacaría de esta andadura por la consecución de los derechos de las personas con discapacidad? ¿En qué se ha avanzado y qué queda por hacer?
Puede ser un contrasentido, pero, como soy optimista y no conformista, quiero destacar lo mucho que queda por hacer. Es decir, faltan aún bastantes derechos por conseguir para la plenitud de la ciudadanía de una persona con discapacidad. Hay derechos, como al trabajo, a la vivienda, a la autonomía personal o a la autodeterminación que, a veces, no se le reconocen a la persona con discapacidad intelectual, en toda su dimensión. Por eso digo que soy optimista, porque hay mucho por trabajar aún, y quiero ver que las futuras generaciones lo van a conseguir, pues la sociedad está cambiando.
No obstante, también quiero destacar que, gracias a la lucha de las familias, a través del asociacionismo, se ha avanzado un mundo en el reconocimiento de derechos sociales. Sobre todo resalto el que supone la ley de autonomía personal, en la que se reconoce el derecho a ser autónomo y, para ello, se necesita prestar apoyo a muchas personas con discapacidad intelectual.
El movimiento asociativo de la discapacidad, en su conjunto, trabaja por la plena normalización del colectivo. En el caso particular de las personas con discapacidad intelectual, ¿cuáles son sus reivindicaciones?
Pues como decía, que se reconozca que la persona con discapacidad intelectual tiene derecho al trabajo, y si necesita apoyos, hay que prestárselos. Que la accesibilidad universal también incluye a las personas con problemas de comprensión o entendimiento. Que las familias de personas con discapacidad intelectual no debemos soportar un sobreesfuerzo económico por tener un miembro con discapacidad mayor al resto de las familias. También demandamos que las administraciones sean responsables en la financiación de los servicios.
¿Qué le piden los jóvenes vinculados a Feaps a los poderes públicos?
Les piden que puedan tener un empleo y que éste no sea precario, sino de calidad. Y claro, los jóvenes dan una importancia mayor al ocio, pues se trata de eso. Pero, en este punto coinciden con los familiares, que queremos tener más momentos de relax, de esparcimiento, tanto juntos como la persona con discapacidad intelectual independientemente de su familia. Así, reclaman más ocio inclusivo, empleos dignos, una educación integradora y con recursos. En definitiva, reconocimiento de derechos.
Háblenos de las actividades, recursos, servicios de Feaps Extremadura …
Son muchos, deberíamos resumir y me quedaría con algo importante por decir: estamos intentando hacer una Federación fuerte que represente a todos. Y que todas las personas con discapacidad intelectual sean atendidas, aquellas que viven solas y que pueden ser autónomas, aquellas que presentan problemas de salud mental, unas cuantas que han cometido delitos y están en prisiones o con medidas alternativas, las que no están atendidas en centros. Queremos llegar a todos los sitios y tener programas y servicios para todos, pero es difícil, pues muchos de estos programas son transitorios y no estables, y así se hace complicado atender a la población que lo necesita.
A finales de mayo, Feaps celebró su Encuentro de Voluntarios. ¿Qué importancia tiene el voluntariado en una asociación de este tipo?
Cada vez estamos valorando más el hecho de que personas se acerquen a nuestras entidades o a nuestros servicios para dar sin recibir nada a cambio. Nos parece que su opinión debe contar mucho, pues pueden tener una visión desinteresada, pero lo que creemos necesario es que tengamos voluntarios formados, que sepan qué clase de gente tan capaz atienden y cuál debe ser su función.
Y, por otra parte, es importante atender sus demandas de reconocimiento social y personal. Hemos estado presentes en el Congreso Nacional de Voluntariado, hemos escuchado la voz de los voluntarios de nuestras asociaciones y no tienen desperdicio. Tienen una visión complementaria a la de las familias, los dirigentes o los profesionales. Creo que tendrán un papel más relevante con el paso del tiempo, y ahora estamos poniendo los cimientos para ello.