Una de las mejores formas de enfocar la cooperación al desarrollo es implicar a los habitantes de las zonas más desfavorecidas en la construcción de su propio progreso. Sobre este pilar se sostienen los proyectos españoles para la reconstrucción de Afganistán, tras años de conflicto contra los llamados «Señores de la Guerra» y el régimen talibán.
España ayuda al país asiático, que preside Hamid Karzai, en la mejora de sus infraestructuras, de la red de abastecimiento de agua, de la atención sanitaria y educativa, pero, además, está generando empleo en la provincia de Badghis, una de las más desfavorecidas del país.
La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, mantuvo un encuentro en Madrid con el ministro afgano de Reconstrucción Rural y Desarrollo, Mohamed Ehsan Zia, en la que le detalló cómo es la cooperación española en su país.
Según explicó, España ya ha ejecutado el 60% de los 150 millones de euros comprometidos para el desarrollo de la provincia de Badghis en el periodo 2006-2010, y apuntó que «posiblemente» se supere la previsión para 2010. También anunció una partida adicional de seis millones de euros para crear un parque tecnológico agrario en Kabul.
Además de contribuir a la reconstrucción del país, la empresa pública española Tragsa trabaja en la ejecución de los proyectos «al 100%» con empresas locales y contratando a personal del lugar. En lo que va de programa, España ha empleado así a 7.500 trabajadores afganos en distintos proyectos.
Tras ser informado de la cooperación española, el ministro afgano destacó la «generosidad» y «sacrificio» de las fuerzas militares españolas y pidió ayuda a la comunidad internacional contra los «centros de entrenamiento de terroristas» existentes fuera de su país, y para combatir el tráfico y cultivo de drogas que, en su opinión, «genera impactos contra la seguridad y el desarrollo» de Afganistán.
España es el octavo país contribuyente al desarrollo en Afganistán y el cuarto de la Unión Europea. El mayor donante es Estados Unidos.