Maite Solas es una investigadora de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra y sostiene en su tesis doctoral que los “factores ambientales como el estrés pueden estar influyendo ya en un aumento de la incidencia de la enfermedad de Alzheimer en nuestra sociedad”.
A la esta conclusión ha llegado mediante el experimento con ratones expuestos a dos tipos de estrés: el postnatal (en las primeras etapas de la vida) y el que se experimenta en la vida adulta. Por lo visto, según ha comprobado Solas:
“En ambos casos el estrés contribuye al desarrollo de un déficit cognitivo y al aumento de marcadores presentes en los enfermos de Alzheimer”.
Sin embargo, la joven investigadora va más allá y sostiene que podría haber una relación entre el Alzheimer y la diabetes mellitus de tipo 2, ya que también existe una relación entre la hipersecreción de glucocorticoides y la pérdida neuronal en el hipocampo, una lesión característica de la dolencia degenerativa.
En este sentido, la exposición a niveles altos de glucocorticoides produce respuestas fisiológicas propias de la diabetes mellitus de tipo 2, como la resistencia periférica a la insulina. De ahí, que la doctora haya deducido que sea probable “la conexión entre ambas dolencias”.
Por otra parte, Solas afirma que agentes como la edad y la genética pueden ser determinantes en el inicio del Alzheimer y en su progresión. Por ello, la investigadora concluye que si controlásemos el estrés o interviniéramos con fármacos en la hipersecreción de glucocorticoides y la producción de insulina…
“Quizás sería una diana terapéutica fundamental para tratar la enfermedad neurodegenerativa”.