Muchas veces cuando pensamos en una enfermedad mortal en la que deberían centrarse todos los esfuerzos de investigación, pensamos en el cáncer. Pero la realidad es que la mortalidad atribuible a las demencias (30% en varones y 50% en mujeres mayores de 85 años) se sitúa en un nivel cercano a éste o a las afecciones vasculares.
Estos datos los pone de manifiesto un informe sobre el impacto socioeconómico de este tipo de problemas de salud, elaborado por la Fundación del Cerebro.
El trabajo, que se presentó el Día Mundial del Alzheimer, señala que la demencia aumenta la carga de morbilidad de los afectados, con especial incidencia de problemas de índole vascular, ya que el 17,9% de las personas que la tienen padecen además cardiopatía isquémica y el 32,3%, ictus cerebrales.
Además, quienes sufren demencias tienen un riesgo más elevado de caídas que los demás, padecen con frecuencia infecciones y en buena medida, depresión (la sufren más de la mitad de los pacientes con demencia).
A esto hay que añadir que la demencia es también un factor de riesgo importante de ingreso hospitalario, ya que se incrementa de manera muy significativa la estancia media de los pacientes en los centros hospitalarios (78,11 días frente a 6,9 de media).
De hecho, dice la Fundación del Cerebro, los gastos sanitarios de enfermos de Alzheimer son un 34% mayores que los derivados de una población similar sin la enfermedad.
Y puesto que la mayor parte de estos gastos los financia en España la familia del paciente, el 84%, concretamente, según la citada fundación, las arcas públicas no notan tanto el impacto económico del problema.
Pero, para que nos hagamos una idea y según la entidad, si la sanidad pública tuviera que asumir el coste total del Alzheimer, la demencia más conocida, habría de hacerlo empleando el 10% de su presupuesto anual global.
El informe, titulado «Impacto socioeconómico de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias», evidencia también que en 2050 se registrarán
más de 113 millones de casos de demencia en todo el mundo y que un 75% de los familiares al cuidado de enfermos de Alzheimer sufre estrés y un 50% depresión.
Finalmente, la fundación subraya que en España existe una proporción «muy importante» de demencias no diagnosticadas, especialmente en las fases más leves, debido a una falta de concienciación social, y a una escasa planificación sanitaria pública (falta de formación y de infraestructuras adecuadas).