El Salar de Uyuni, un paraíso sumido en la pobreza

Trabajadores de la sal en UyuniA la distancia, desde la ventana del autobús, parece ser un océano. O tal vez una laguna. Por la mañana, el Salar de Uyuni (desierto salobre más extenso del mundo ubicado en Bolivia) se confunde con los cielos y propicia un espectáculo luminoso único en el planeta. En 2007 llegué a este lugar, después de viajar más de 10 horas en un autobús-congeladora desde La Paz, como parte de la expedición ‘Ruta Inka’, que es algo parecido a la ‘Ruta Quetzal’ pero en versión sudamericana. Éramos más de 150 jóvenes de todo el mundo quienes recorríamos pueblos incas. Yo iba como periodista y debía escribir una crónica todos los días. Una tarea bastante difícil, para ser franco.

Junto con Machu Picchu, en Cusco (Perú), el Salar de Uyuni fue uno de los lugares más espectaculares que visitamos. Se trata de un inmenso desierto de sal que aparenta ser un mar seco o congelado, que se ubica a media hora en autobús desde el pueblo de Uyuni, por encima de los 3.660 metros de altitud.

El Salar de Uyuni posee una extensión de 10.580 kilómetros cuadrados y su temperatura oscila entre los 20 grados centígrados (de día) y -25 por las noches. Cuando llegamos, la sensación térmica era de unos 10 grados. No podíamos quejarnos.

Eran más o menos las 9 de la mañana cuando los tres autobuses ingresaron en el gran desierto blanco y entonces el horizonte empezó a confundirse con el resplandor de la sal. Cuando nos encontrábamos en medio de este territorio luminoso, que a la distancia también aparenta ser una planicie cargada con nieve, los buses se detuvieron. Los vientos gélidos soplaban sin piedad, los cielos mostraban un celeste perfecto y algunas montañas lejanas eran el único paraje de un color distinto al de la sal. Numerosos montículos blancos sirvieron de miradores para los aventureros, quienes no dejaban de sorprenderse por lo que Dios les permitía observar.

Sin embargo, entre tanta belleza llegamos al humilde pueblo de Colchani. Allí viven personas (asociadas a la Cooperativa de Colchani) que se dedican a la extracción de la sal. Para hacerlo, arman esos montículos de sal para secarla y luego mezclarla con yodo. El panorama era dramático, ya que tenían que realizar esta labor durante todo el día, a esa altura, sin protección y para ganar tan sólo 0,10 céntimos de euros por cada kilo.

Bolivia es un país donde el 59,3% de la población es pobre, mientras que el 33,6 de éstos es muy pobre. Esto quiere decir que de 10.000.000 de pobladores totales, 6.000.000 viven con menos de un dólar al día. El Salar de Uyuni, aunque es uno de los atractivos más bellos de ese país, resume bien esta situación. Hay mucho por hacer en esas tierras andinas.