
Las espinas dendríticas son pequeñas prolongaciones del citoplasma en las que tienen lugar la mayoría de conexiones neuronales. Estas espinas tienen, por tanto, relación con el aprendizaje, el desarrollo cognitivo y la memoria.
Y hoy son protagonistas de este post porque un equipo de investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red para Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) y del Instituto Cajal ha realizado un estudio en el que indican que el tratamiento con Levodopa (compuesto que se utiliza para que los pacientes con Parkinson produzcan pequeñas cantidades de dopamina) podría revertir la pérdida de espinas dendríticas en personas que han desarrollado Parkinson.
El grupo de investigación lo ha liderado la Dra. Rosario Moratalla y el trabajo, que se ha publicado recientemente en la revista Biological Psychiatry, demuestra que la pérdida de fibras dopaminérgicas en la región motora del cerebro (una de las causas conocidas del Parkinson) conlleva a su vez una pérdida de espinas dendríticas en las neuronas. Según los expertos, esta pérdida afecta tanto a las neuronas de proyección de vía directa, que facilitan el movimiento, como a las de vía indirecta, que lo frenan.
La Levodopa es el principal tratamiento que se suministra contra la enfermedad de Parkinson, pero su recepción crónica acaba provocando en los pacientes movimientos involuntarios que se conocen con el nombre de disquinesia.
En este sentido, el estudio realizado por el equipo de la Dra. Moratalla indica que la Levodopa frena y revierte la pérdida de espinas dendríticas, pero solamente lo hace en las neuronas de vía indirecta. El tratamiento también actúa en las neuronas de vía directa, que aumentan su actividad gracias a la activación de un receptor que se conoce como D1.
Hasta el momento, los mecanismos moleculares que subyacen a la disquinesia no han servido para que haya una mejora en la terapia, sin embargo, Rosario Moratalla comenta que “tanto la recuperación selectiva de espinas en las neuronas de la vía indirecta, como la sensibilización del receptor D1 pueden ser los mecanismos morfológicos y funcionales que subyacen a las disquinesias”.
Por otro lado, este trabajo pone de manifiesto por primera vez que la Levodopa actúa de forma diferente en los dos tipos de neuronas presentes en la zona estriada del cerebro, lo que supone un gran avance en la investigación de la enfermedad.