Claves para conservar nuestras ‘Mentes lúcidas y longevas’

 

Fotografía de Adolf Tobeña, autor de "Mentes lúcidas y longevas"
Foto: Universidad Autónoma de Barcelona

¿Por qué el cerebro de algunas personas se deteriora con suavidad y pueden llegar casi al centenario en condiciones lúcidas, con agilidad mental y con ilusión por conocer cosas nuevas? ¿Y por qué otras personas, a pesar de que entrenan su cerebro, tienen un deterioro mental muy rápido y pronunciado, llegando a sufrir incluso enfermedades neurodegenerativas?

Son preguntas a las que los científicos llevan tiempo tratando de dar respuesta. Ahora, el catedrático de Psicología Médica y Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona Adolf Tobeña nos desvela las claves para poseer unas ‘Mentes lúcidas y longevas‘, el título de su último libro, publicado por la editorial ‘El espejo y la lámpara‘.

¿Quieres conocer los secretos para llegar a una edad avanzada en perfecto estado de salud mental? Son, según el experto, estos tres: tener suerte en la lotería biológica, no hacerle daño al cerebro practicando hábitos tóxicos y pasarlo siempre bien en todo lo que hagas en tu vida. ¿Te lo has apuntado?

Y hablamos de lotería biológica porque entre el 60 y el 70 por ciento de la calidad de vida que podemos tener en nuestra vejez depende de nuestras instrucciones de recombinación genética de partida, mientras que entre el 30 y el 40 por ciento restante está condicionado por nuestros hábitos de vida. Eso al menos afirma el autor de ‘Mentes lúcidas y longevas’. 

Lo primero que podemos hacer para mantener nuestra mente alerta y despierta es no dañarla. Y para eso es  fundamental que durmamos lo que nos pida nuestro cuerpo y sobre todo que durmamos bien. Porque es más importante la calidad del sueño que la cantidad de horas que durmamos.  Sobre esta cuestión, Adolf Tobeña destaca que:

No hay nada peor para nuestro cerebro que no dormir con reiteración, robar horas  de sueño, porque le estamos robando posibilidades de lucidez en las épocas avanzadas de la vida

En nuestras manos también está la decisión de no introducir sustancias tóxicas de forma reiterada en nuestro cuerpo, como el alcohol, el tabaco, la marihuana o las drogas de diseño,  que perjudican severamente la fluidez y sutileza del trabajo cerebral.

Muchas veces hemos escuchado eso de que “somos lo que comemos” y este catedrático habla en su libro de la importancia de comer bien, pero sobre todo de comer lo justo y necesario para mantener nuestra cabeza en condiciones saludables. Así, afirma que:

Sabemos que la gente que come habitualmente un poco menos de lo que les pide su apetito, tan solo un cinco por ciento menos, le exige menos esfuerzo a su cuerpo y a su sistema circulatorio y así su cerebro también funciona mejor

Si seguimos estas tres reglas de oro, ya estamos haciendo mucho a favor de nuestra salud mental para cuando seamos más mayores. Pero además, si jugamos al dominó o a las cartas, si charlamos con los amigos, si realizamos ejercicio físico moderado o salimos a bailar, estaremos haciendo más por mantener una mente lúcida, que si nos quedamos sentados en casa delante de un ordenador o una consola jugando con videojuegos para entrenar nuestro cerebro. Así lo afirma Adolf Tobeña.

Fotografía de Adolf Tobeña, autor de "Mentes lúcidas y longevas"Hasta ahora sabemos qué hacer para mantener una mente lúcida pero ¿Qué hay de la longevidad? Muchas veces hemos escuchado que en un rincón perdido de alguna selva hay una tribu cuyos miembros son especialmente longevos. Pues bien, según Adolf Tobeña, eso no se corresponde con la realidad y sí con la falta de unos registros de nacimiento y fallecimiento veraces y fiables.

Lo cierto es que los datos firmes sobre longevidades muy acentuadas nos remiten a records mundiales que están muy cerca de nosotros. Así, según el catedrático universitario, la mujer más longeva de la historia de la humanidad ha sido una marsellesa llamada Juana que llegó a los 122,7 años. Por su parte, el récord mundial de longevidad masculina lo ostenta un menorquín llamado Juan, que llegó a los 114,5 años.

Con estas claves desveladas, en ‘Mentes lúcidas y longevas’ Adolf Tobeña plantea otros interrogantes que nos atrapan en su lectura ¿Te animas ahora a leerlo?