Xavi Torres en Pekín

Pekín se me abrió a los ojos después de 17 horas de traslado desde Madrid, con escala y espera de varias horas en Frankfurt. Aún con el cansancio propio de estos casos, me trasladé al hotel y de ahí, directo a la Villa Paralímpica de Pekín, donde se estaba produciendo el primer momento simbólico para las delegaciones nacionales: el izado de la bandera.

En lo alto del graderío de la Plaza de Ceremonias de la Villa Paralímpica estaba Xavi Torres, aún con el pantalón oficial de relevista de la antorcha paralímpica y que lucía después de haber entrenado. El nadador mallorquín fue uno de los pocos deportistas paralímpicos que ha tenido el honor de portar el fuego sagrado de los Juegos Paralímpicos y afronta su quinta experiencia en esta competición, la segunda más importante del mundo en cuanto a número de deportes, participantes y países.


Torres, todo un veterano en estas lides, asume esta vez otro reto en su inigualable carrera deportiva: superar las 16 medallas de la atleta ciega Purificación Santamarta, hasta el momento la deportista española más laureada en toda la historia de los Juegos Paralímpicos. El nadador balear acumula 14 y competirá en dos pruebas individuales y alguna de relevos en Pekín; si sube al podio en tres ocasiones, escalará un peldaño más hacia la gloria y se convertirá en un mito viviente del deporte español.

El reto no será fácil. Xavi ha cargado sobre sus espaldas con infinidad de competiciones y debe enfrentarse a rivales de entidad que pueden fastidiarle este récord. Él no niega la ilusión de entrar en la historia del deporte paralímpico con mayúsculas. La solución al enigma, el próximo 17 de septiembre.