Por lo visto, no se va a permitir la construcción de la autovía Cuenca-Teruel y esta decisión, obviamente, es motivo de celebración para Ecologistas en Acción y WWF. Según las asociaciones, si se acometiera la obra, se ocasionaría un impacto ambiental negativo de gran importancia, pues considera como determinante la grave afección que todas y cada una de las alternativas de la autovía tendrían sobre espacios protegidos de la Red Natura 2000.
En caso de haberse realizado, este proyecto habría afectado a numerosos espacios protegidos de la citada red, tales como ‘Complejo Lagunar de Arcas’, ‘Complejo Lagunar de Fuentes’, ‘Hoces del Cabriel, Guadazaón y Ojos de Moya’ y ‘Rodenal del Cabriel’, entre otros.
Igualmente, se vería seriamente dañada la Hoz del río Turia, en la provincia de Teruel, que presenta enormes desniveles y materiales de gran dificultad para plantear alternativas viables desde un punto de vista ambiental y paisajístico.
Según Miguel Ángel Hernández, de Ecologistas en Acción:
“Cualquiera de las alternativas presentadas tenía un alto impacto sobre alguno de los ecosistemas más valiosos de nuestro país, afectando gravemente a una especie en peligro de extinción como el águila-azor perdicera. Además, el impacto ambiental no estaba justificado con la escasa demanda de esta vía”.
De hecho, esta infraestructura no resulta necesaria, ya que la actual carretera nacional de Cuenca a Teruel tiene muy poco tráfico, tratándose mayoritariamente de desplazamientos locales. Por este trazado discurren menos de 2.000 vehículos diarios (800 en algunos puntos), y el propio Ministerio de Fomento considera que son necesarios, al menos, 10.000 coches diarios para que se desdoble una carretera.