
Lo bonito de esto, como siempre ocurre con los grandes corazones de nuestro planeta, es que ellos mismos no valoran su condición de casi santos, sino que son los demás los que reconocen su labor y su esfuerzo por los demás.
Estoy hablando del conocido y querido por todos cooperante Vicente Ferrer, que ha logrado reunir, sin quererlo, casi 9.000 firmas en un grupo de Facebook de seguidores que le proponen como Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a la tarea humanitaria que la fundación que lleva su nombre realiza desde hace más de 40 años en uno de los distritos más pobres de la India: Anantapur.
El grupo lo ha fundado Miguel Ángel Sánchez Alemany, un auditor financiero de 45 años y de Valencia al regreso de un viaje que emprendió el pasado mes de septiembre junto a su mujer a Anantapur para conocer de primera mano la labor que desempeña la Fundación Vicente Ferrer, ya que tiene apadrinados un niño y una niña. Y debió quedar más que impresionado.
Nos lo cuenta él mismo:
«Se me ocurrió nada más volver de la India. Ahora que está de moda Facebook y es una forma de poner en contacto a la gente, pretendía poner en contacto a los simpatizantes y a los padrinos de la Fundación y que Vicente Ferrer obtenga un reconocimiento mundial como el Premio Nobel de la Paz«, Sánchez Alemany aclaró que carece de cualquier vínculo con la Fundación Vicente Ferrer y que pretende con esta idea «recabar apoyo social» para «extender» la labor de esta entidad.
Esta iniciativa ha llegado a oídos del Ayuntamiento de Barcelona, que el pasado 24 de abril se adhirió a la campaña con una declaración internacional leída por la portavoz del PP, Àngels Esteller.
Lo único un poco triste de esta bonita iniciativa es que recordemos Vicente Ferrer sufrió una embolia cerebral el pasado 20 de marzo que le obligó a estar hospitalizado durante casi dos meses; de hecho, cumplió 89 años el 9 de abril en una habitación de planta de un hospital de la localidad de Vellore.
El cooperante se recupera de este accidente en su domicilio de Anantapur desde el pasado 25 de abril bajo una estricta supervisión médica y con la ayuda de un fisioterapeuta y de un logopeda. El estado de Vicente Ferrer es «estable», aunque su diagnóstico «sigue siendo grave», por lo que sólo recibe visitas de familiares.
Desde entonces, se han multiplicado los mensajes de apoyo a Ferrer a través de la web de la fundación que lleva su nombre, y ya ha recibido más de 1.640 muestras de solidaridad.
Vicente Ferrer llegó a Mumbai (India) en 1952 como misionero jesuíta para completar su formación espiritual. A partir de entonces, decidió dedicar el resto de su vida a trabajar para erradicar el sufrimiento de los más pobres de la India.