Está bien que nuestras aguas contengan una importante biodiversidad, pero la cosa cambia si las especies que «colonizan» nuestros mares son exóticas y no deberían estar ahí porque dañan a las ya existentes.
Esto es lo que nos ha contado la ONG Ecologistas en Acción. La entidad asegura que un total de 105 especies exóticas de peces, 137 de moluscos y 63 de crustáceos se han introducido en el Mediterráneo a lo largo de los últimos 50 años hasta casi «colonizarlo».
¿Y cómo han llegado hasta nuestras aguas? Pues aunque parezca increíble, lo han hecho a través del canal de Suez y a las aguas de lastre, empleadas en navegación para inundar depósitos y dar estabilidad a buques. También en menor medida se achaca el problema a la presa de Asuán en el Nilo, a la acuicultura y al aumento de la temperatura debido al calentamiento global.
Entre las especies del Mar Rojo que se han adentrado en el Mediterráneo desde 1869, cuando se creó el «atajo» del Canal de Suez, se encuentran la medusa «rhopilema nomadica», que ya cuenta con «amplias colonias» en el sudeste del Mediterráneo. Según los ecologistas, esta especie es tóxica y afecta de forma grave a la pesca y al turismo.
Ecologistas en Acción pide un mayor control del tráfico marítimo en lo que respecta a las aguas de lastre, un control exhaustivo en el cultivo de especies exóticas para evitar la introducción de nuevas especies, más planes de vigilancia para detectar invasores en su primera etapa de colonización y «educar» a pescadores profesionales y barcos deportivos sobre la problemática.
Además, solicita a la Secretaría General del Mar un plan de prevención y actuación contra la «tropicalización» del Mediterráneo que, en su opinión, está provocando el «crecimiento alarmante» del número de especies exóticas.