
La cooperación española es más antigua de lo que pensábamos. En 1803, es decir hace 207 años, el médico alicantino Francisco Javier de Balmis y Berenguer zarpó con 22 niños rumbo a América y Asia con un solo objetivo: salvar al mundo de la mortal viruela. Y sí lo consiguió.
Tras el ocasional descubrimiento de la vacuna contra la viruela en Inglaterra en 1796, Balmis planteó a la Corona española emprender una expedición filantrópica para salvar de esta terrible enfermedad a sus colonias en América y Asia.
Como en aquel entonces no existían sistemas de refrigeración, Balmis ideó llevar en su expedición a 22 niños huérfanos para usarlos como ‘correo’ de la vacuna.
El escritor Luis Miguel Ariza, quien acaba de presentar en Madrid su última novela titulada ‘Los hijos del cielo’ (MR. Ediciones), cuya trama narra las peripecias de Balmis nos lo explica:
“Los niños transportaban el fluido en su propio cuerpo. A ellos se les inoculaba el antídoto y luego se hacía lo mismo con los lugareños. Esto resultó tan ingenioso que aún hoy día sorprende a los expertos”.
Tras el apoyo del rey Carlos IV, Balmis y sus niños zarparon el 30 de noviembre de 1803 de La Coruña, emprendiendo así la llamada Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que actualmente es considerada como un hito en la historia de la medicina mundial ya que se logró salvar a cientos de miles de personas.
EL ANTECEDENTE
Fue el médico rural inglés Edward Jenner quien en 1796 observó que las recolectoras de leche de su pueblo tenían en las manos una especie de granos que eran conocidos como ‘viruela vacuna’ y que desaparecían al cabo de unos días.
Tras observar a estas mujeres durante varias semanas, descubrió que ellas eran las únicas personas que no se contagiaban de la mortal viruela humana. Entonces, el médico tomó una muestra de la mano de una granjera y la inoculó en un niño de ocho años, quien ya nunca se enfermó.
Fue así como las vacas le ofrecieron al hombre –valga la redundancia– la primera vacuna del mundo. Siete años después de esto, Balmis reunió a 22 niños huérfanos españoles para acabar con la viruela. Los pequeños eran contagiados con la viruela vacuna y, al aparecerles las pústulas, se conseguía de ellas el antídoto contra el mal.
Los actuales territorios de Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, México, Cuba, las islas Filipinas y China fueron visitados durante ocho años por la expedición de Balmis, quien no sólo inoculaba a las personas sino que enseñaba a los lugareños cómo vencer a la enfermedad por sí mismos.
“El origen del fin de la viruela comenzó con Balmis, a él le debemos agradecer que 200 años después la viruela se haya erradicado del planeta”, dijo Ariza, quien calificó a Balmis como “un héroe desconocido”.
“Mi objetivo es sacar a Balmis de la oscuridad de la historia y convertirle en un personaje de una novela que pueda encandilar al público”, confesó.
Lo que no se conoce actualmente es el destino de los 22 niños que participaron de la expedición, a quienes luego se les unieron al menos 80.
“Un niño no podía ser inoculado dos veces. Por eso a lo largo de los ocho años de viaje se necesitó a muchos niños más”, explicó el escritor.
Luis Miguel Ariza es también periodista y biólogo. Ha trabajado en diarios, revistas y televisiones de España y Estados Unidos. Ha publicado las novelas ‘La sombra del chamán’ (2002), ‘Kraken. Atrapados en el abismo’ (2005) y ‘Proyecto Lázaro’ (2007).
Actualmente escribe artículos y reportajes sobre ciencia, medicina e historia que son publicados en medios españoles. Cabe precisar que la viruela es la enfermedad que ha matado a más seres humanos a lo largo de la historia y también la única infección doblegada por completo desde el descubrimiento de la vacuna.
En 1977 el mundo quedó oficialmente libre de la viruela. Actualmente el virus reposa en las neveras de dos laboratorios ubicados en Atlanta (Estados Unidos) y Rusia. Su destrucción, para evitar guerras biológicas en el futuro, será analizada pronto por la Organización Mundial de la Salud (OMS).