Curar heridas, más sencillo y barato

innovasocial_curar-heridas-mas-sencillo-y-baratoQuizá el término «presión negativa» aplicado al curado de las heridas nos pueda resultar algo desconocido. En esencia se trata de aplicar una presión absorbente sobre una herida. Está demostrado que gracias a este método las heridas cicatrizan antes y sufren menor riesgo de infección. Y es especialmente eficaz en heridas causadas por amputaciones o fracturas abiertas.

La mayoría de hospitales cuentan con diversos equipos con los que aplicar esta técnica. Pero se trata de equipos caros y diseñados para un hospital… por eso el trabajo desarrollado en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) es revolucionario en el campo de la medicina de emergencia.

Un equipo del hospital Brigham and Women’s de Boston se trasladó a Haití en febrero, cuatro semanas después del terremoto, con el objeto de ayudar a los médicos locales con los pacientes que habían sufrido heridas abiertas, amputaciones y miembros aplastados. En dicho equipo se encontraba Danielle Zurovcik, una estudiante de post-grado de MIT,  que había llevado con ella un dispositivo desarrollado como parte de su tesis de investigación: una versión de bajo coste y portátil de los dispositivos de presión negativa que se usan normalmente en los hospitales. El resultado fue muy convincente; tanto que el MIT se ha decidido a ponerlo a punto y sacarlo al mercado.

El aparato inventado por Zurovcik tiene un coste de unos 3 dólares, y todo parece indicar que es capaz de mejorar los cuidados que reciben los pacientes una vez superada la fase de emergencia dentro de las labores de socorro, cuando comienzan las cirugías desatinadas a salvar miembros o incluso la vida del paciente.

Así será posible tener disponibles suficientes unidades de este invento para posibles futuras víctimas de desastres naturales, o en cualquier centro sanitario de países subdesarrollados. En el fondo no se trata más que de una simple bomba de fuelle unida a un tubo que, aplicado al vendaje de una herida, puede generar la presión negativa suficiente como para acelerar la curación. La cuestión es que tiene un coste realmente bajo (en comparación con los equipos hospitalarios) y que se puede fabricar en cualquier parte del mundo.

En estos tratamientos, que a menudo se extienden durante semanas o meses, las terapias de presión negativa contribuyen a reducir la necesidad de cambiar los vendajes continuamente. En lugar de dos o tres cambios al día, se pueden hacer dos o tres a la semana. Y esto es una gran ventaja donde los recursos y el personal médico escasea. Los resultados demuestran que pueden acelerar hasta tres veces la curación de heridas y en algunos casos (dependiendo del tipo de lesión) hasta eliminan la necesidad de cirugía plástica o injertos de piel.

La propia Zurovcik afirma que “No sólo lo veo como un producto destinado a los en países en vías de desarrollo, sino que creo que realmente podría mejorar las terapias dentro de los EE.UU”. El equipo del MIT ha demostrado que, a veces, tener una buena idea es mucho más efectivo que contar con un enorme presupuesto.

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